La Danza Árabe (la Danza del Vientre), como un Arte de vivir
El llenado en la Danza
La Danza para la mujer es una manera de llenarse. Este es el Arte de experimentar el principio femenino, porque una mujer puede vivir sólo en las acciones que la llenan. Acciones que no llenan a la mujer la agotan, física y espiritualmente.
Sólo al lograr el nivel y calidad necesaria para que se realice el llenado, la mujer podrá llevarse a sí misma a las verdaderas cualidades femeninas. El llenado es un concepto de cualidades de vida dadas naturalmente, que determinan las necesidades fisiológicas y emocionales de las mujeres.
La mujer en su naturaleza posee el inicio maternal. Y este proceso le permite no sólo vivir, sino también crear. Sin el llenado, es imposible adquirir fuerza y sin la fuerza ella no podrá apoyarse y creer en sí misma. Al poseer una fuerza interna, se reducen la dependencia y la necesidad de búsquedas absurdas (carentes de cualquier significado, llenando acciones externas, que sólo le ayudan a olvidarse y perderse en un mar de diferentes acciones).
El llenado es el aliento de la mujer, es una condición de permanencia natural y de calidad, basada en los procesos de cultivación, gestación y de mantenimiento, es decir, en aquellas funciones que determinan la verdadera belleza.
El llenado es la sangre vital, la que alimenta la flor, la que le da la vida y crea las condiciones para el desarrollo. La mujer que no sabe llenarse, es no sólo incapaz de estar en el proceso del desarrollo, sino tampoco en el estado de la realización.
El llenado es una danza, que alimenta e inspira a la naturaleza de las mujeres. La danza que no está determinada por las características físicas y técnicas, sino por el ritmo que permite adquirir y desarrollar los apoyos internos. Igual que la Tierra se está llenando bajo el ritmo de la naturaleza, realizando su danza en el Universo, la mujer puede permanecer en las fases de la marea alta y baja, no sólo por la voluntad de la Luna, sino también por su propia voluntad, involucrándose de esta manera en el proceso del control sobre su propio llenado. El cuerpo femenino debe alimentarse y envolverse constantemente de todas las esencias de la vida: las miradas de los hombres a su alrededor, el canto de serenatas, sonido del pulso interno, sensaciones, olores, etc.
Todo esto crea la naturaleza del Sonido Único. Al llenarse, un mujer llena, en el primer lugar su corazón. Ella adquiere el sonido interior que convierte cada uno de sus gestos, cada uno de sus pasos, en un fenómeno natural. Un fenómeno controlado por ella misma.
La mujer es un elemento de la naturaleza, suave y obediente cuando está en armonía y rabiosa e incontrolable cuando esta armonía no está presente. Al permanecer en el estado del llenado, de calidad, una mujer irradia la esencia divina, rociando todo lo que está a su alrededor. Estando en un proceso indomable, incontrolado de su vida, ella se convierte en una fuerza destructiva que destruye no sólo el ritmo de su personalidad, sino también el ritmo de todo a su alrededor.
La Danza como alimentación
Desde la antigüedad la gente adoraba al llenado como una forma de la manifestación divina. La mujer es un recipiente en el que debe haber constantemente una sangre vital. Para mantener la calidad y la vitalidad de este recipiente, la gente creó la Danza. Mejor dicho, ellos llegaron a él naturalmente, como un proceso que permite no sólo el llenado, sino también la absorción de la energía transformada en el proceso del baile.
Estando en la Danza, la mujer aprende a relacionar sus necesidades con la calidad de la vivencia. Sus necesidades empiezan a depender de la búsqueda interna (espiritual), en vez de la externa, cuando ella sigue ritmo y condiciones que a menudo no corresponden con sus necesidades y capacidades verdaderas. Toda la actividad externa de la mujer se determina por su llenado. Si este llenado no está presente o no es suficiente, la mujer entra en una Danza caótica, convirtiendo su vida en una carrera tras la nada.
Una mujer en esta condición, aun estando en el centro de los eventos y las acciones, no sabe cómo orientarse a sí misma en relación con ellos, lo que lleva a una situación en la que los eventos más bien roban su tiempo y energía que llenarla. En este caso, la mujer se convierte en parte del proceso y no el proceso parte de ella.
Al llenarse la mujer es capaz de transformarse. La capacidad de transformarse le permite experimentar su vida no sólo cuantitativamente sino también cualitativamente. Al igual que la Luna, que pasa por quince cambios en su ciclo completo, la mujer puede obtener quince esencias sensuales diferentes y como la Luna tiene cuatro formas de vivencia (según las estaciones), ella tiene cuatro formas distintivas de vida en un ciclo.
Resulta que la mujer en un año vive 60 formas de cambio interior. Sin embargo, para sentir realmente esto, es importante que las mujeres aprendan cómo llenarse a sí mismas. Por lo tanto, para una mujer la Danza se convierte en una condición que mantiene su vida en el concepto del “recipiente”, o sea, el baile es la condición del conocimiento de su naturaleza, su cultivo y desarrollo.
La Danza del Vientre, una Danza Alquímica
Todos los bailes se pueden clasificar de acuerdo con los esfuerzos que plantean. Estos esfuerzos no pueden ser más de quince, ya que son precisamente tantas las cualidades que poseen por su naturaleza (aunque, vale la pena subrayar que cada cualidad puede tener diferentes formas de expresión, por eso también pueden ser representadas como algún ramo de flores colorido y grande). Cada tipo de baile es una perla, aunque en toda la variedad de danzas, se destaca la Danza Alquímica para las mujeres, que es la Danza Árabe (Belly dance) o sea, la “Danza del Vientre”. La tarea básica de esta danza consiste precisamente en el conocimiento del Arte del llenado y las transformaciones internas.
La Danza del Vientre es un Arte de conexión de las mujeres con su naturaleza interior, con su útero. La práctica de la Danza del Vientre tiene raíces y conocimientos profundos, relacionados con la capacidad de estar en la Ley de la Naturalidad, es decir, en las leyes que le permiten conectar la naturaleza de lo físico y lo espiritual.
La Danza del Vientre que enseña a conectarse consigo mismo, da la posibilidad a una mujer de encontrarse a sí misma. Pero primero, es de suma importancia verse a sí mismo y a su vida desde fuera, porque sólo mirándonos desde fuera, podremos evaluar objetivamente, nuestras acciones y creencias.
La Danza lleva a la identificación y a la construcción de los enlaces, no sólo en uno mismo, sino también con el lugar, con la sociedad. Al aprender a prestar atención a nosotros mismos y a nuestras conexiones, aprendemos a obtener satisfacción (llenado) de nuestras acciones, aprenderemos a construir todo a nuestro alrededor, no sólo la búsqueda del orden, sino el orden correcto en el que cada objeto encuentra su lugar. Aquí ya nos acercamos al concepto de la Realización. La danza es un Maestro que no sólo nos llena y nos da fuerza, sino también nos enseña cómo usarla correctamente.
Si uno no llega a la Realización, tanto interna, como externa, a través del Baile, entonces, eso significa que aún no ha empezado a bailar. Es decir, ha introducido en la Danza su propio entendimiento, que puede ser diferente de la verdadera comprensión de esta acción. Como resultado, no deja al Baile enseñarle y empieza a usarlo como todo lo demás a su alrededor. Este es un Camino falso.
La fisiología de la Danza del Vientre: el útero como un centro de la Danza
Cualquier Danza debe tener un centro. En la Danza Árabe, tal centro es el útero. Si no bailamos con relación al útero, entonces todavía no hemos llegado al verdadero concepto de la Danza y solo hacemos una serie de ejercicios. En este caso, la Realización se convierte o en cierta definición o en una experiencia acumulada y esta experiencia es que lleva a muchas mujeres, a menudo muy lejos de la comprensión correcta de la Danza.
En tales condiciones, uno no baila, sino sólo sueña o imagina que baila. Y en algunos sueños o fantasías del Baile se puede permanecer mucho tiempo. Pero la Danza no puede ser inventada, ella puede ser expresada a través de acciones comprendidas o no comprendidas. Sin embargo, tanto en el primer caso, como en el segundo, también son necesarias unas condiciones específicas.
Autorrealización en la Danza
El concepto de la Realización debe estar presente en cualquier acción que hace una persona, ella no debe hacerla primordialmente. No se puede apoyar en la Realización desde el principio, porque va a ser un sueño lejano hasta que no se logra la Naturalidad. La Naturalidad misma determina el grado del llenado y las necesidades humanas. Y hay que recordar que cada uno tiene su propio grado de Naturalidad. La autosuficiencia de una persona proviene del llenado a través de sus acciones y después ya siguen a la Verdad o la Sabiduría.
Al llegar a la Realización en la Danza, convertimos la acción en una Verdad. Podemos decir que nos hacemos más que nosotros mismos o superiores a nosotros mismos. Este es un factor fundamental que tiene un significado importante y profundo. ¿Qué significa alcanzar la Sabiduría? Al lograr la Veracidad y obtener el conocimiento real de lo que está haciendo, uno podrá reforzar y refinar la acción, llevándola a los centros más altos, inherentes al acto de la comprensión.
Es decir, la persona en esta fase se convierte en un participante directo en el acto del conocer, cuando la acción comienza a acercarle cada vez más a la Verdad y a la Sabiduría. Él aspecto de la existencia humana, se expresaba a través del baile e inicialmente estuvo orientado precisamente a esta forma de transformación.
La Inspiración y el Desarrollo
Acercándose a la Realización del significado simbólico de la Danza, nos encontramos con el siguiente símbolo de la Danza relacionado con la Inspiración. Este es un aspecto muy interesante que se considera a menudo como primordial, basándose en las cualidades existentes del bailarín. Quiero que nos fijemos un poco en esto, porque aquí hay algo sobre lo que merece la pena llamar la atención. Muchos explican la razón y la calidad de la generación de su producto con la Inspiración. Es decir, para ellos la Inspiración es más importante, más primordial que la Veracidad y la Sabiduría, sobre lo que hemos estando hablando anteriormente. Pero esto es un error.
Desde el punto de vista del verdadero desarrollo, la Inspiración sin la Sabiduría está en un nivel de la creación más bajo (incluso si la Inspiración nos permite expresar nuestro acto como una especie de acción o evento extraordinario) que, por ejemplo, una rutina cotidiana natural.
Aquí vale la pena analizar, por ejemplo, la obra de Van Gogh, Paganini y muchos otros grandes personajes. Se puede hablar mucho de su grandeza en la auto-expresión en su Arte. No cabe dudas que es así. Pero debemos entender que conforme a los conceptos de los que estamos hablando, sus obras no son resultado de un proceso de creación, realizado en una u otra forma, sino son unas determinadas condiciones que han permitido a estas personas sustituir a todos los símbolos-etapas anteriores de su propia creación. No desarrollar en sí mismos, sino sustituir. Debido a las circunstancias de la vida de estas personas, la forma de su energía fue tan transformada y tan orientada a aquel estado específico, que les permitió expresar tal Inspiración, que les impulsaba a la “supercreación”.
La supercreación, en este aspecto no es un resultado de la actividad de estas personas en sí, sino hay que considerarla ya sea como consecuencia de la Realización de las condiciones en las que nacieron o como seguimiento y dependencia de las circunstancias concretas de su vida. En la creación debe haber una disciplina, ella mantiene la Naturalidad. La Naturalidad crea la Sabiduría, que es un elemento del acto consciente del hacer.
En términos relativos, si vamos a cualquier clínica de siquiatría, nos encontraremos con una gran cantidad de “Van Gogh”-os potenciales, que para su Realización total carecen simplemente de ciertas condiciones externas, por así decirlo, de “la Danza exterior”. Sin embargo, entre el estado interno de, por ejemplo, Van Gogh o Paganini y los pacientes psiquiátricos quizá no habrá ninguna diferencia. Es decir, en los dementes existe también una necesidad de la expresión de cierta condición, sin embargo, no pueden hacerlo adecuadamente en este mundo. Si les mostramos cómo hacerlo vamos a tener a unos nuevos creadores, no peores que los grandes clásicos y maestros del pasado.
Sin embargo, es muy importante no olvidar que el acto de la creación es siempre un proceso bidireccional: además de la persona que crea, debe haber también a alguien que sea capaz de entenderlo. Esto obliga a recurrir a ciertas características de la consciencia humana. Si la consciencia del espectador está vinculada a un acto concreto de la creación, se comportará de una manera y si no, de otra. La comprensión tiene su propio movimiento, vista, oído, tiempo y lugar. A este mismo Van Gogh, por ejemplo, nadie le entendía durante mucho tiempo.
La Naturaleza de la Creación en la Danza
Aquí centramos la atención sobre la cuestión no de quién está creando, sino qué está creando. ¿Es un embalaje o un producto? ¿Es una Danza o simplemente ciertos movimientos? Al fin y al cabo, los movimientos no son un Baile, son sólo la herramienta de la Danza. ¿Puede una persona entender la danza sin participar en ella? Y ¿podemos hablar de la estética de la percepción, basados únicamente en la información o el hábito?
La Danza es, ante todo, una expresión interna. Una mujer que baila la Danza del Vientre se apoya en los cuatro movimientos manifestados y cuatro no manifestados. Aquí, por ejemplo, habrá una parada del movimiento exterior, pero internamente el Baile continúa. La bailarina se queda parada por un minuto, diez minutos, ¡una hora! Te levantaras y te iras, porque lo visible ya no te satisface. Pero ¿puede que tú no estés preparado? ¿Cómo y quién puede evaluar esto? Y, ¿tenemos el derecho de hacerlo?
Para dar una definición de la Danza, es necesario ser capaz de participar, de experimentar, de ver sin mirar y de sentir sin tocar. ¡La calidad del agua “Evian” no está determinada por la estética, sino por el contenido! Es raro, tal vez, hablar de Arte, no teniendo el conocimiento de sí mismo.
Sin embargo, en este trabajo, no tengo presente la tarea de entender la actitud contemporánea hacia el Arte y criticarla. Estoy hablando, sobre todo, de los símbolos del Baile. La Danza es una poesía, es un volumen. La Danza Árabe enseña a la mujer sumergirse en este volumen, ser partícipe en él. Sólo después de haber establecido esta conexión, podremos hablar de una determinada secuencia de acciones. O, mejor dicho, de aprender a relacionar cada acción con el volumen. Esta correlación, a fin de cuentas, determina la Inspiración como una cualidad. Como una cualidad constante, pero con diferente grado de llenado. ¿Y luego? Luego comienza el Camino.
La Danza como un Camino
Todo lo que hacemos después de la obtención de la Inspiración, se llama Camino. En este momento, en la Danza aparece no sólo el corazón (la Inspiración), sino también la consciencia. Por lo tanto, resulta que entre la Danza al principio de su estudio y la Danza que ya es un Camino hay una larga distancia. Y sólo entonces, cuando la Danza ya es realmente un Camino para nosotros, llegamos, en realidad, a tal felicidad de la existencia, que se determina por nuestras acciones aquí y ahora.
Por lo tanto, cualquier acción que hacemos, tarde o temprano, debe convertirse en un Camino en el que cada paso es un acto, encarnación, realización. Pero lo más importante es que no surgen dudas de que no perdemos, sino sólo adquirimos y creamos, creamos y reproducimos.
Aquí vale la pena señalar otro aspecto de la Danza, importante para las mujeres, relacionado con la purificación. Se cree que, viniendo a este mundo, llevamos no sólo funciones positivas, sino también funciones negativas por su cualidad, de las que debemos liberarnos durante el proceso de la vida. Esta es otra razón por la que la Danza no debe considerarse como un conjunto de movimientos, sino en una escala más grande, como un Camino, aun teniendo una comprensión parcial o estando todavía en la etapa inicial del conocimiento de este proceso.
La Danza es arte, conocimiento, filosofía. Y como cualquier acción ella requiere un esfuerzo determinado, un acto de perdonar, un acto de compasión, que nos purifica y purifica nuestras acciones o purifica a alguien que ha quebrantando las leyes y sobre todo, de ha quebrantando los principios del desarrollo del Espíritu.
Hay que darse cuenta y entender muy claramente este símbolo en todas las formas de nuestra actividad. Esto, especialmente se aplica a la Danza, ya que aquí nos referimos, en primer lugar, a nosotros mismos, sumergiéndonos en una profunda e íntima comunicación interior.
La Danza requiere de la bailarina un paso obligatorio por la purificación interna, de lo contrario, nunca se convertirá en un Camino. La complejidad aquí es que cualquier acto de virtud, la compasión o el perdón requieren cierto derecho y la certeza de que podremos hacerlo. Cada uno de nosotros puede dar una designación a otra persona o de su acción, haciendo algún juicio. Sin embargo, en realidad, ninguno de nosotros, de hecho, no tenemos el derecho a esto. Sin aplicar a nosotros mismos un esfuerzo determinado y sin estar en el Camino de la comprensión de nuestra naturaleza, importancia y cualidad, no estaríamos en condición de evaluar a cualquier persona, dándole definiciones objetivas.
Simplemente estamos incapaces de conectar la energía del juicio objetivo y el Análisis con la acción que hacemos. Y sólo el que pueda realmente poner la cualidad de su energía en sus palabras, el que además pueda presentarlas de una manera adecuada en ideas, puede formar su propia opinión y ser responsable de ella. En cualquier otro caso, nos exponemos a nosotros mismos como personas no responsables de nuestras palabras, convirtiéndonos en rehenes de las acciones y decisiones irresponsables.
Por lo tanto, al principio, el estudio de la Danza debe ser una herramienta de comprensión de nuestra naturaleza. Sin embargo, al desarrollarnos, debemos darnos cuenta de que, hasta no llegar a la verdadera comprensión de lo que estamos haciendo y por qué lo hacemos, ni siquiera podremos expresar una opinión semiprofecional hacia el sujeto del acto. Cualquier persona se encuentra en una u otra fase de imperfección, la que le incita a hacer unas u otras acciones. En la fase del Conocimiento es necesario alejarse de juicios, discusiones y otros aspectos que puedan distraernos de las acciones, e incluso destruir lo ya existente.
La Alquimia en la Danza
Y finalmente, el último símbolo que debemos designar como directamente relacionado con la Danza y también con todas las actividades humanas, es la base alquímica de cada acto, o sea, es la base del Arte del desarrollo. Se puede definir como una nueva forma de existencia, nacimiento, transformación. Es decir, en términos generales, la Danza debe formar en la mujer practicante, un nuevo comienzo en la capacidad de generar energía, que a fin de cuentas, va a alimentar su Espíritu. Esto equivale a una forma de renacimiento, cuando realmente nos reconstruimos.
Cualquier acción debería de renovarnos. El renacimiento es la forma, la cualidad de la existencia, que nos libera de lo innecesario y nos da la posibilidad de adquirir lo necesario. La adquisición de la mejor calidad del Espíritu es la principal tarea de cualquier ser humano que ha llegado a la Tierra. Es decir, no la destrucción, sino la adquisición o fortificación de nuestro Espíritu.
Los procesos alquímicos tienen sus propios principios. Debemos aprender a contemplar cualquier acción que hacemos. La acción correcta es cierto patrón, mandala, laberinto, que contiene una variedad de formas interesantes y diversas del conocimiento. Y antes de que podamos realmente hacerla y empezar a entenderla, primero debemos aprender a contemplar, es decir, permanecer conscientes en el proceso de la acción. En otras palabras, la contemplación es una de las formas del desarrollo de la concentración.
Si no contemplamos el proceso y no estamos en él, no podremos ser concentrados en este proceso. Si no nos concentramos, no llegaremos descifrar del proceso. Esto es muy importante, puesto que debe llevarnos a la comprensión del siguiente aspecto: en cada acción debe estar presente la posibilidad de transformación. Como resultado, llegamos a la siguiente fórmula: la posibilidad de estar en lo que estamos haciendo, es una posibilidad de autotransformación, lo que está inherente a la transformación alquímica de las acciones, basada en las leyes y los conocimientos.
En otras palabras, aprendemos a comprender. Primero, aprendemos a actuar, contemplando, entonces aprendemos a comprender lo qué hacemos. De esta manera, desarrollamos el Conocimiento. Y es muy importante prestar atención a esto, que nunca hay que decir: sí, esto lo sé, lo entiendo, etc. Puede, de alguna manera, por supuesto, justificar tales declaraciones cuando, por ejemplo, uno quiere reducir el proceso de la participación en alguna conversación o alguna otra actividad. Pero hay que quedar bien claro: no hay y no puede haber un límite en el Conocimiento.
A continuación, si uno ha aprendido cualquier movimiento, eso no significa que lo sepa de verdad. Incluso si le ha tomado diez años hacerlo, uno debe evitar las frases como: sí, lo sé, lo domino. Es de suma importancia aprender a encontrar nuevos momentos en cualquier movimiento. El conocimiento se distingue no por las secuencias externas, sino por las profundidades que éstas revelan. La misma acción tiene varios niveles, una profundidad en la que es necesario sumergirse. Por lo tanto, no hay acciones simples y acciones complejas, hay simplemente acciones.
Si repite una misma acción “simple”, pero no está sumergido en ella y esta acción no le da un llenado verdadero, entonces esta acción sería como si no estuviera, porque uno no puede realizarse en ella. Y si defendiendo su posición, dice: “yo no la necesito” o “esta es una acción mala“, esto no es correcto.
Cada acción, independientemente de si hacemos un solo paso o un montón de pasos, tiene el mismo apoyo (los pies o las rodillas, por ejemplo), la misma concentración, el mismo esfuerzo, la misma energía. Y aun teniendo una expresión diferente, esto es precisamente lo que lleva a la comprensión de que no hay acciones simples. Las acciones más difíciles son a la vez las acciones más simples.
Una de las acciones más difíciles, es ¡sentarse y estar! Ponerse de pie y estar, acostarse y estar, andar y estar, en vez de simplemente hacer algunas acciones técnicamente complejas, porque esto ya sería un resultado, sería un proceso. ¡No hay que bloquear el acto del conocer, creyendo que sabemos algo! De esta manera estará violando los principios del conocimiento que no tiene límite.
El conocimiento es un acto de circulación, de movimiento, apoyándose en la circulación de la energía que se genera a lo largo de la acción. El problema aquí es que, al violar la circulación de la energía se rompe el ritmo y se cambia la calidad de la vivencia. La cantidad empieza a sustituir a la calidad. La Danza también nos enseña a estar en armonía con nuestro propio ritmo.
Sin embargo, la persona no puede alcanzar la armonía con su ritmo, al tener alterada la circulación de la energía. Ella no depende de la complejidad o la facilidad del movimiento, sólo se puede cambiar su velocidad. Muchos movimientos complejos y rápidos más bien destruirán la circulación en vez de desarrollarla, ya que aquí se aumenta mucho la exigencia a la concentración, a la capacidad de mantener el control en las conexiones internas y externas.
La Danza como una lengua de comunicación con el cuerpo
La Danza nos enseña a comunicarnos con nuestro cuerpo. Obtenemos un idioma de comunicación con el cuerpo o un idioma de comunicación corporal, es decir con relación a nosotros mismos, comunicando con nuestro cuerpo a través de la acción o con relación a un espectador externo, aprendiendo de demostrar, hablar, enseñar. Por supuesto, al obtener y desarrollar los conocimientos del cuerpo, revelamos diferentes posibilidades para su impregnación y llenado con sentimientos.
Los sentimientos no aparecen de la nada. Ellos son parte de la energía que produce nuestro cuerpo. Y si está bloqueado y oprimido, entonces esta energía no podrá llenar nuestro volumen interior y no podrá ser cultivada, el cuerpo simplemente la echará. Aquí surge el problema anteriormente dicho: la persona, en vez de recibir y cultivar la energía, la pierde, no la absorbe para producir las funciones determinadas, sino la bota, o sea, no experimenta y no se llena, debido a la imposibilidad de lograr esto a través de su cuerpo y consciencia.
Cautivar la simpatía de los espectadores
Hay otro aspecto importante relacionado con la Danza, que merece la pena mencionar. Vamos a llamarlo simplemente un cierto elemento de consumo. Este concepto está relacionado con dos formas de la existencia humana, basadas en diferentes actitudes hacia el proceso y el resultado del trabajo.
Las cualidades y las propiedades de las prácticas que se manifiestan en el hombre, relacionadas con la circulación de la energía, pueden ser dirigidas a la adquisición de harmonía y felicidad o a producir ciertas reacciones en el alrededor. Lo segundo se debe al hecho de que si no somos capaces de llenarnos y consumirnos a través de nuestras acciones, entonces nuestro cuerpo requerirá una búsqueda y obtención de reacciones externas.
Muchas mujeres que tienen la necesidad de llenarse, pero no son capaces de llenarse por su propia cuenta y autosuficiencia, se expresan y tratan de realizarse de tal manera que provoquen una reacción externa, iniciando así un proceso de llenado externo. Por supuesto, en esta situación, en todo caso, ellas realizan el papel universal de la mujer como un recipiente, que sin importar cómo, debe llenarse con algo, crear algo y reproducir.
Por desgracia, en este momento, todos los bailes, tanto los que tienen una cultura profunda, como los modernos, están orientados, prácticamente casi completamente, a la reacción externa del espectador. Aquí, llamamos la atención sobre el hecho de que, al no ser capaz de llenarnos correctamente, a veces nos encontramos en una dependencia seria de estas influencias externas.
Es importante entender que la mujer no puede escapar del llenado. Él sólo puede ser interno o externo. Y cuanto menos está la mujer en el proceso de su construcción interna, tanto más estará orientada a la reacción externa, cayendo, a fin de cuentas, en la dependencia directa de ella.
Este es un verdadero peligro en la existencia de la mujer, ya que al no ser capaz de desarrollarse y cultivarse correctamente, ella puede imponerle a todo el mundo reaccionar, haciendo acciones más insensatas según la comprensión normal, que sólo ella es capaz de ejecutar.
Además, existe también el problema del medio ambiente en el que está la mujer. La pérdida del ritmo que es también un problema que surge por los hombres, que involucran la mujer en un ritmo incorrecto de existencia, empujándola a la dependencia externa. Esto implica una gran cantidad de consecuencias negativas que llevan el principio femenino a la destrucción y uno de los más importantes es que tal comportamiento de la mujer (la dependencia externa) ya se considera como una condición natural y correcta.
De esta manera, se nivela la naturaleza de las mujeres, se imponen nuevas reglas que carecen de la comprensión de la fuente que está en la base del ritmo o respiración social.
La base fisiológica y energética de los movimientos en la Danza del Vientre
De todos modos, la energía de la mujer debe desarrollarse de cualquier manera y ella se ve obligada a tomar o acciones conscientes para su desarrollo o inconscientes, en forma de reacciones.
Y la primera acción es la conexión del cuerpo con la vibración. En la Danza del Vientre, muchos de los movimientos están relacionados con ciertas vibraciones. Estos movimientos se basan, principalmente, en generar y posteriormente refinar la energía que está en el cuerpo como en un vaso. En particular, hay muchos movimientos vibratorios relacionados con las caderas.
Esto se determina, en parte, por el hecho de que el útero redistribuye su energía, ante todo, en las caderas. Por eso, para la absorción y el cambio de la dicha energía, se requieren una gran cantidad de movimientos vibratorios, tanto en las caderas, como en todo el cuerpo. En general, este movimiento se asocia con la transformación de la energía.
La siguiente acción técnica inherente a la Danza del Vientre son las formas diferentes de rotación. Existen ocho formas de rotación en este tipo de Danza, relacionadas con el llenado o con las ocho fases de la Luna. Cada forma de rotación tiene su propia densidad, es decir, no se trata sólo de cierta rotación, sino del movimiento, que forma densidad como circulación o forma un esfuerzo interno, producido en la rotación.
El siguiente movimiento es el de onda. Está relacionado con la absorción, ya que hay que ser capaz de trasladar y absorber la energía adquirida. El movimiento debe ser no sólo plástico, sino debe llenarse (que son dos cosas diferentes). Al aprender a llenarlo internamente con energía, ya no va a ser sólo un elemento técnico. ¿Qué es la plástica? Es una de las variedades de la energía.
Además, el movimiento ondulado de la cabeza, parece a un movimiento serpentino. La Danza siempre tiene que pasar por transformación a través de la cabeza, o sea, pasar por la comprensión. El uso de la cabeza es el uso y la comprensión del movimiento en el nivel de la cabeza, en el nivel del conocimiento.
Pero, lo más importante es el movimiento del abdomen. Cualquier absorción de la energía se produce naturalmente por el abdomen. Este es el lugar donde se acumula toda la energía en el cuerpo.
La conexión del abdomen con el útero implica una transición a otra técnica o práctica fundamental, relacionada con la Danza: la generación de la Respiración Uterina, relacionada con el ritmo que captará el movimiento en la Danza. En la Danza del Vientre, el movimiento se apoya principalmente en el útero. En general, todos los movimientos de las mujeres se apoyan en el útero. La Danza Árabe también enseña a este apoyo.
Por eso, es muy natural que la Danza del Vientre sea de verdad una danza única para las mujeres. Ella fue creada, ante todo, para la transformación de la energía en el cuerpo y para la conexión de estas energías. Ya que la Danza del Vientre es una danza de templo, está relacionada con estos tipos de energía que se acumulan en el templo. Al igual que el templo, que siempre se ha considerado como un recipiente, consideraron como un recipiente también a la mujer. La mujer bailando en el templo, transformaba y conectaba la energía correspondiente con las otras. Y eso estuvo en la base de este ritual. Y qué consecuencias había, ya representa un plano particular. Lo más importante aquí es la transformación.
El Apoyo en la Danza
En la Danza es importante construir la circulación de la energía en el útero y permitir que se absorba correctamente de este órgano. Entonces, la mujer tiene la oportunidad de ir a otra calidad de sensaciones y sentimientos. Precisamente estos aspectos son fundamentales para la comprensión de la cultura de la Danza. Hay que quedar bien claro que la técnica como base de los conocimientos, puede ser un apoyo, sólo si se aprende hacerla correctamente.
El apoyo de la mujer en el Baile, en realidad, es su útero. Por supuesto, también se abre el abdomen, ya que es un receptor energéticamente más fuerte que el útero. Es importante lograr esto, para que haya una conexión verdadera entre el útero y el abdomen y que se produzca la transformación. La técnica de la Danza del Vientre es un viaje a través de varias etapas: la etapa de purificación, la etapa de la preparación, la etapa de formación de esfuerzos y la etapa de la naturalidad y la transformación.
Al dedicarse a la Danza, la mujer, en primer lugar, debe tratar de estudiar su propio interior. Todo lo exterior en el Baile ya es una consecuencia. ¿Qué es lo que le precede? Es el ajuste, la salida, el recogimiento y sólo después se puede enriquecer con patrones. ¿Qué es un movimiento? Es un patrón, un método de vinculación de las energías, un método de adquisición de energía en la forma de transformación. Se puede obtener energía a través del movimiento de las manos, de la expulsión, del recogimiento o algunos movimientos más complejos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos son patrones que tienen una u otra base energética.
También es importante mantener en el tiempo todo el proceso en el que la mujer recibe la esencia, o sea, cierto tipo de semilla que hay que cultivar. Muchos bailes se relacionan con el culto a la fertilidad o por ejemplo, a la creación. Igual que la Tierra genera la semilla de algo, la mujer genera y da a luz a algo. Si están preparadas a hacer esto, entonces, ¡háganlo!
23 abril 2012