El Cuerpo Taoísta
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El cuerpo taoísta es una interpretación naturalista, basada en los principios de la formación del macrocosmos, que se considera como una unidad dotada de forma, donde el cuerpo es lo que tiene la fuente y no es lineal, sino una forma que tiene volumen. Al mismo tiempo se consideran tres condiciones: el Cielo, la Tierra y el Hombre, que determinan no sólo la corriente y el movimiento de la energía, sino también su transformación.
La descripción del cuerpo según el sistema taoísta se basa en los principios de simetría y proporción, de los cuales depende el desarrollo y la existencia del círculo exterior de los vasos en el cuerpo (pies, manos) y los vasos internos (abdomen-cerebro), llamados Palacios.
La vida humana en el concepto taoísta se considera desde el punto de vista del esfuerzo del Cielo Anterior (el esfuerzo que creó al hombre) y del esfuerzo del Cielo Posterior (el que expresa al hombre mismo). Por esta razón, el cuerpo se considera como una combinación de posibilidades, que tienen nueve niveles. Por naturaleza cada persona pertenece a uno de los nueve niveles (por lo general al tercer o cuarto).
En el proceso de transformación, uno puede mejorarse a sí mismo. Alcanzando el noveno nivel y perfeccionándose constantemente lo llevara en el décimo nivel, que define a la persona perfecta. Cada nivel es muy concreto, no arbitrario y se mide en parámetros físicos.
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