Los Grandes Hombres
Ya ha pasado el tiempo de los hombres de grandeza. Hoy en día ha llegado la época de la gente gris, de la gentuza que sabe adaptarse y sintonizarse a este ritmo simplificado. Y no queda nada, excepto esperar a que muera. El ritmo del desarrollo, hoy en día, hace que el sistema educativo esté construido para completar las filas, precisamente, con tales bio-productos mutados y de descomposición rápida. Por eso, la gente que aún no ha llegado a ser un esclavo de estos mutantes, debe salir a un lado y trabajar en sí misma. Luchar con ellos es igual que luchar contra las cucarachas.
Antes, el ser humano era capaz de enfocarse en sus acciones y cumplir con las tareas que tenía planteadas. Y todo se reducía sólo a la calidad de nacimiento. Hoy en día, incluso un niño nacido cualitativamente, cae en el ritmo caótico de existencia y se convierte más en un parásito que en alguien que expresa su voluntad personal. Y en este caso, ningún tipo de grandes escuelas puede ayudar, puesto que a este chico ya le esperan los mismos profesores grises, víctimas del progreso, no dotados ni de voluntad ni de concentración. Además los nacidos cualitativamente no son tantos como lo eran antes, dado que de las madres dan a luz niños como los conejos, sin ser capaces de educarlos, ya que ellas mismas no están educadas. Díganme, ¿qué estudiante en la escuela o en la Universidad siente la necesidad de leer Aristóteles, Cicerón, Séneca y otros pensadores, cuya percepción exige emplear no sólo tiempo, sino también esfuerzo?
En las condiciones del espacio que ya está ocupado y repartido, aun permaneciendo en soledad, una persona no puede ni sabe cómo usarlo. Es decir, la gente escapa del lugar donde debe buscar su salvación, puesto que la consciencia hoy en día funciona como las teclas del ordenador, que la nueva generación ha aprendido a apretar, siguiendo las instrucciones y la información y no el análisis. Y es inútil esperar a que nazcan grandes personas, e incluso si aparecieran, no habrá quien aprecie su grandeza. Probablemente esta gente no necesita la apreciación, pero es importante para el espacio, para que se perfeccione.
Y, ¿cuál es la salida de esta situación? Aprender a conservarse como Ser humano. El desarrollo y el mantenimiento de lo humano en sí, hoy en día, es no sólo la tarea suprema, sino que también una posibilidad de vivir en los parámetros propios del ser humano.
25 octubre 2010