El diagnóstico
Hoy en día, el diagnóstico debe percibirse como el eslogan “¡Ten cuidado!”. Al hablar de la salud en general y de la salud de las mujeres, en particular, debemos entender qué es lo que nos destruye en primer lugar y qué, debemos diagnosticar y mantener. El modo de vivir, la alimentación, el ritmo, todo esto crea en la actualidad un montón de alteraciones grandes y pequeñas en nuestro cuerpo, energía y mente. Resulta que debemos mantenernos constantemente con aquello que sea capaz de oponerse a esta destrucción.
Al desarrollar los proyectos La alimentación del futuro y el Laboratorio del desarrollo, ampliando el número de los materiales escritos sobre este tema, empecé a recibir de la gente una gran cantidad de preguntas acerca de opciones para la mejora del estado de su salud. En algunos casos, sólo puedo dar un consejo o recomendación general, en especial si no he podido observar a la persona, pero la situación puede ser un proceso escondido en el tiempo o más grave de lo que uno se da cuenta. Todo esto me llevó al estudio de los diferentes métodos de diagnóstico que existen hoy. Los dividí en dos: el occidental, basado en la organización del proceso y la técnica y el oriental, relacionado con la medicina tradicional. En este blog, no sólo muestro algunos aspectos relacionados, sobre todo, con el diagnóstico en general, pero también doy recomendaciones acerca de todo lo que yo sé sobre el tema.
El diagnóstico es la herramienta más importante del mundo moderno, ya que estamos constantemente expuestos a diferentes procesos, que causan mutaciones. Nuestro cuerpo es bajo una influencia constante de distintas frecuencias que son difíciles de percibir, incluso en el nivel de la consciencia, pero este influjo produce cambios irreversibles en nuestro organismo.
De hecho, desde el punto de vista de la condición del cuerpo humano hoy en día, nadie puede ser considerado como sano y todo depende de la fuerza energética o mental. La capacidad de observar y mantener nuestro organismo ya es un paso importante en el diagnóstico primario, que puede protegernos de una cantidad de trastornos y del desarrollo de enfermedades en el futuro.
Pero hay problemas más profundos: hereditarios, adquiridos debido a la influencia de diferentes tipos de radiación o mutaciones de nuestro cuerpo, resultado de los aditivos químicos y los materiales artificiales que nos rodean. Aquí, una persona no puede evitar el encuentro con lo que sería mejor llamar un daño que una enfermedad.
Es importante saber que dondequiera y comoquiera que se manifieste la enfermedad, la causa de ella a menudo es invisible y antes de apresurarnos a currarla, debemos ser capaces de hacer el diagnóstico correcto. Precisamente aquí empieza una ecuación con diez variables.
Lo primero que se puede comprobar, es el hecho de que un hombre con un presupuesto limitado debe apoyarse sólo en sí mismo y estar preparado para la aparición de diferentes enfermedades.
Medidas preventivas
- mantenimiento de la higiene interna del cuerpo (mediante ejercicios y entrenamientos correctos);
- control sobre la calidad y la cantidad de la comida consumida.
Para los que pueden pagar por su diagnóstico, hay otra tarea no de menor complejidad: ¿dónde y cómo? Si tomamos como ejemplo a Rusia, nueve de cada diez personas no son capaces de conseguir un diagnóstico correcto, aun teniendo el dinero. Los equipos, capaces de hacer un diagnóstico preciso y de alta calidad son pocos y los médicos que saben cómo usarlos, aún menos.
Pero ¡ni siquiera en esto consiste la esencia! El médico se parece más a un psicoterapeuta, que nos enseña a conformarnos con la enfermedad, convenciéndonos de que se puede vivir incluso sin estos órganos. Prácticamente, persuaden a la persona pasar por el quirófano, pagando un buen dinero. El concepto del servicio proviene de la base general de la educación del país, la que en realidad no existe.
Es decir, el médico es o bien un confesor o es un comerciante. Y, en general, esto no será un gran problema, si él honestamente dice: “ofrezco esto, esto y lo otro, para tanto y tanto”. Pero uno cae en la línea de producción en serie y vale la pena hacerle un descuento, puesto que su vida será dominada por los medicamentos y la lucha con la muerte. Millones de personas no viven, sólo tratan de retrasar la muerte. En realidad, la vida en este estado es equivalente a estar muerto en vida.
No por casualidad, muchos tratan de encontrar la felicidad en el Occidente. Sí, por supuesto, el sistema del tratamiento médico en Suiza o Israel está en un nivel bastante alto, pero es muy rígido y específico: se necesita una gran cantidad de dinero y luego se ocuparán de ti de manera técnicamente profesional. Pero, otra vez, la pregunta consistirá en las características y las calidades de las personas que curan, los que a menudo no son tan agradables, porque el racionalismo supera al irracionalismo. Y para el diagnóstico son importantes la objetividad, el profesionalismo y el equipo perfecto.
Otra cosa, si surge una necesidad de hacer algo en el extranjero, aquí es muy importante y el Coordinador de habla rusa. Y aquí de nuevo hay una trampa: por lo más perfecto que sea el lugar, si uno no habla el idioma del país, todo estará en las manos del Coordinador, que puede influir a la situación de una u otra manera. Entonces resulta que hay que empezar por el Coordinador. Hay que buscar uno que no le manipule, no le pida propinas y que esté interesado en que uno se sana y no en empujarle en la mesa de operaciones.
Y, por supuesto, es importante la mentalidad de los médicos y en especial, su cultura de percepción al ser humano. En cuanto a este asunto, por supuesto, los hospitales Asiáticos son los mejores. El respeto y la reverencia, desarrollados en los japoneses, tailandeses, coreanos y chinos tienen un nivel mucho más alto que cualquiera de las clínicas de Europa, donde perciben a la gente desde el punto de vista del precio. Y aquí me gustaría destacar especialmente Corea del Sur. Este es el más pequeño de los países más desarrollados del mundo, que en su capacidad de trabajo y la tecnología per cápita adelanta, tal vez, muchos otros países, a fin de cuentas, en lo que se refiere a la tasa de crecimiento, con seguridad. Sin duda, para el diagnóstico, yo recomendaría a este país.
En cuanto al tratamiento, es otro tema y aquí debemos ser capaces de enjuiciar. Sin embargo, ¿cómo lo podemos hacer de pleno valor sin un diagnóstico? En general, planteo la cuestión de la importancia del diagnóstico, sobre todo, desde la perspectiva de la salud de la mujer, lo que, por supuesto, se refiere a todos, especialmente si debemos identificar el problema o evitar la situación cuando, tal vez, será demasiado tarde.
Y, una vez más, hablando del diagnóstico, debemos recordar las medidas preventivas, aprender a diagnosticarnos a nosotros mismos. En realidad, al crearse un problema interno, a menudo nos creamos una situación patética en la que luego caemos. Por eso es tan importante preguntarnos constantemente, “Y, ¿dónde está esta profiláctica que yo mismo me hago?”.
Recomiendo también conocer los materiales en la Sección “Salud de las Mujeres”.
14 abril 2013