El estado de la mente

Practicando el Tantra budista, es importante entender que el fundamento y la profundidad de nuestro cuerpo están allí donde está el conocimiento sobre el cerebro, el conocimiento sobre la conciencia y el conocimiento sobre la mente. Estos conocimientos son la base del proceso de meditación llamado nyamshag (mnyambzhag en tibetano), que exige la retención del enfoque sobre la tarea del desarrollo de la naturaleza de la mente y llevarla a un estado absoluto de residencia (samadhi), es decir, a la posibilidad de apoyarse verdaderamente en la conciencia y la mente. La permanencia en el estado consciente de la mente nos permite realizar el camino verdadero, que tiene origen en las posibilidades superiores de la conciencia de encarnar las enseñanzas en la tarea de vibración, accesible sólo para la conciencia verdadera, que es revelar la tarea de Mahamudra en su presentación tántrica.

La conciencia debe ser ajustada a la percepción personal, es decir, en primer lugar debe mantener su enfoque en la naturaleza de la propia mente. Mientras mantenemos nuestra mente, guardamos su estado en paz y entonces podremos aumentar su fuerza, alcanzando el estado de mente penetrante (lhag tong). En este caso, la conciencia comienza a generar energía (ramasama) y nos lleva a otro nivel de percepción.

Del estado de la mente depende si podemos mantenernos en la tarea y a través de eso, profundizarnos en ella. De hecho, se trata de la abstracción de la mente, de sus distracciones, cuando no está apoyado en una experiencia interior, sino sólo responde a lo externo.

Haciendo el trabajo principal relacionado con la realización del estado de la mente, tenemos que desarrollar el enfoque, que nos permitirá estar, al menos en un estado de investigación. La mente no debe estar separada de la tarea que nos hemos puesto. En este caso, podemos no sólo usarlo, sino también conocer sus tres estados, los que nos permiten corresponder a nuestra mente, comprender su significado y desarrollarla (revelarla). El conocimiento de la mente (sems khrid) es el concepto más importante de la enseñanza, que debe estar presente desde los primeros pasos.

La comprensión exacta de la mente está relacionada con un estado de conciencia, que se apoya en ciertas inferencias que están desarrolladas en las leyes de Samsara. En total son nueve (aunque las directamente relacionadas con la naturaleza de la mente humana son seis). Lo más importante es aprender a buscar el conocimiento dentro de su cuerpo.

Sin embargo, debemos entender que el Cuerpo de Buda es el cuerpo de la mente, ya que el conocimiento supremo se manifiesta precisamente en las leyes del Cuerpo Budista. Y este cuerpo se conoce a través del prisma de la mente, de la conciencia. Por supuesto, él afectaría a todo nuestro cuerpo, si tomamos el control de la vibración que determina el estado superior, que es el nirvana y está superior que las tareas de la enseñanza que predetermina las leyes de Tantra. En otras palabras, se trata de una cima, donde primero debemos subir y luego podemos hablar del manejo.

La esencia de la mente es el Vacío. La esencia del Vacío es el sonido. La naturaleza de la mente tiene una cualidad vibratoria que lo hace o dormido, o despierto. La mente despierta es la mente que está por encima de todos los demás estados accesibles para el hombre. “Estar por encima” significa que sus parámetros de frecuencia son los más altos, que nuestro cuerpo es capaz de reproducir y sobre todo, controlar.

Pero incluso la mera presencia de la comprensión de por qué soy y para qué, nos lleva al estado no-dual de la mente, es decir, al estado en el que una persona no sólo no duda, pero también entiende la naturaleza propia de la duda. Y este es un entendimiento muy importante, que enseña no tanto la comprensión, cómo el conocimiento de la naturaleza del proceso de comprensión, el conocimiento de cómo y qué necesitamos cultivar y no cosas con las que tenemos que estar de acuerdo o en desacuerdo. Es decir, la aceptación de cualquier cosa no es nada en relación con el conocimiento de la naturaleza de la aceptación, donde es importante estar concentrado en la naturaleza de la mente, no en el acuerdo o desacuerdo con esa naturaleza.

Mente se desarrolla sólo a través del prisma de la atención, el enfoque y la concentración. Todo lo demás es una abstracción. No es necesario especular sobre la naturaleza de las cosas, es necesario prestarle atención, de lo contrario sólo obtenemos una reacción al sujeto y no su conocimiento. En esto consiste y la idea de mantener el balance de la conciencia (nyamshag). Al mismo tiempo, es necesario entender la base física de la mente, que se apoya en la naturaleza del espíritu, la energía y el cuerpo.

La naturaleza del Espíritu

La mente es la fuente de las manifestaciones de nuestro Espíritu, asociado con la naturaleza humana. La mente humana es una condición esencial para el fortalecimiento o la destrucción del espíritu. Hasta los 30 a 35 años, cuando la conciencia depende de la naturaleza del cuerpo, tenemos suficiente energía, aunque imperfecta. Después de esta edad, se hace posible darle forma a la mente y, sobre todo, nutrir el espíritu, mejorando los parámetros energéticos de la mente y el cerebro. Por eso es importante entender que la mente del ser humano a lo largo de su vida pasa por tres fases diferentes y su desarrollo es muy importante para el espíritu. El desarrollo está destinado a cultivar la fuerza de la mente, procedente de las tareas del justo medio y no por la apertura de ciertas partes del cerebro que alimentan distintas formas de pensamiento.

La naturaleza de la energía

La naturaleza de la energía de nuestra conciencia depende de la naturaleza del cuerpo y de la naturaleza del espíritu, es decir, de cómo vamos a formar la mente al comienzo del desarrollo, cuando la mente depende de la naturaleza del cuerpo y cómo vamos a darle forma después, cuando el crecimiento de nuestro cuerpo ya se ha completado y depende de las características y las cualidades de nuestra energía.

La naturaleza del cuerpo

La naturaleza del cuerpo es la naturaleza más compleja para nuestra mente, ya que por mucho tiempo no permite su formación correcta y luego puede crear tales desviaciones en nuestra conciencia que fuere imposible hacer cualquier cosa. Para la mente y el cerebro, la naturaleza del cuerpo tiene unos valores formativos específicos asociados con la formación de la médula ósea. La comprensión de esto es especialmente importante desde el punto de las prácticas en posición sentada, que están destinadas principalmente a reforzar los dos fémures y 24 variaciones de hueso y cartílago. Además, en esta posición se ordena la columna vertebral.

Trabajando con la naturaleza del cuerpo, en primer lugar tenemos que aprender a penetrar a la médula ósea y las superficies articulares, donde se oculta el verdadero aliento de los huesos.

Ajuste hacía la mente

Sin duda, la tarea principal para nosotros es el ajuste a la naturaleza de la mente. De lo contrario, vamos a hacer todo sin su participación o peor aún, en función de su estado fraccionario, cuando la mente no depende de sí misma, sino de las partes ya desarrolladas del cerebro.

Basándonos en la idea del cuerpo unitario de la tradición budista, podemos tomar la tarea original de la naturaleza de la mente - la formación del Cuerpo de Buda, que es un sonido voluminoso, que ha tomado forma en la idea del mantra primario “OM”, destinado a sincronizar nuestra mente y llevarla a un esfuerzo unitario. Este esfuerzo debe cambiar las propiedades de la respiración y, en consecuencia, de la nutrición de nuestro cerebro.

Sólo denotando la respiración adecuada, podemos hablar de la capacidad de alimentar y, sobre todo, afinar el cerebro. En esto está dirigida la técnica original de Dzogchen, es aquí donde están los cimientos de la matriz del Tantra. Para ello, es importante poder trabajar correctamente con el sonido y se necesita la instrucción por experto, ya que la tarea consiste en la capacidad de controlar la energía básica, sin la cual el crecimiento es imposible.

La ejecución del sonido “Om” debe estar correlacionada con el concepto Medida de la respiración. A través del sonido “O” de la garganta llenamos el conducto nasal, la parte superior de los pulmones y la parte inferior de los pulmones. En la inhalación se puede emitir “Aum”.

Recomiendo a familiarizarse con el tema en la sección del Cuerpo Budista.

 

22 septiembre 2013

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