Tipos de Éxtasis

Se pueden destacar varias formas del Éxtasis.

La naturaleza física del Éxtasis

La naturaleza física del Éxtasis tiene condición táctil, y se correlaciona con vivencias de afecto, deseadas y emocionales. Ésta es la reacción básica del organismo, lo que puede provocar excitación en el cuerpo de la mujer y llenarla. La naturaleza física del Éxtasis está relacionada con la naturaleza de las oscilaciones, que poseen percepción táctil. El roce, los tratamientos de baño, Spa, los masajes, la danza, todos ellos ejercen, sobre todo, una influencia física y provocan determinadas reacciones.

Aquí también añadimos la reacción de la mujer al espacio y como resultado de esto, el surgimiento de un estado emocional que, además, se refiere no sólo a la excitación física, sino también a la energética, lo que nos lleva a la siguiente forma del Éxtasis: la energética.

La naturaleza energética del Éxtasis

La naturaleza energética del Éxtasis es la forma más sutil, que aun estando atada a su equivalencia física en forma de emociones, en mayor grado se apoya en las formas más profundas de reacciones o satisfacciones. Es decir que de la forma energética depende si en el cuerpo se van a absorber o no la excitación y la tensión, puesto que la onda de la tensión aquí es más concentrada y ejerce una influencia más profunda.

Mientras que la primera forma corresponde, sobre todo, a la piel, los músculos y la sangre (es decir, a los sistemas del cuerpo dependientes principalmente de la influencia táctil), aquí se trata de los Meridianos energéticos y los puntos que reaccionan a la resonancia de los procesos energéticos provocados por las emociones y los sentimientos. O sea, éstos reaccionan simplemente al permanecer en un estado específico de excitación o influencia durante un largo periodo de tiempo. Y en este caso, precisamente, si la naturaleza física se encuentra durante mucho tiempo bajo cierto estado de tensión, llega a ser energética y el cuerpo obtiene el éxtasis relacionado con la tensión que podía mantener a través de la influencia táctil.

De la naturaleza energética del Éxtasis depende nuestro cerebro, dado que su vivencia obligatoriamente provoca una reacción mental. A esto, de hecho, se refiere también el orgasmo. Precisamente el factor energético del Éxtasis a menudo bloquea el físico a causa de la incapacidad de absorberlo y debido a la generación de reacciones menos profundas que las de la naturaleza energética.

La comprensión de la naturaleza energética y, lo más fundamental, su manejo resulta lo más difícil en el conocimiento del Éxtasis, ya que surge el problema con la dependencia que hay que saber superar para permanecer, no simplemente en estado extático, sino en el estado del Éxtasis, o sea en el manejo de este mismo éxtasis. La habilidad de gobernarlo nos lleva a la siguiente condición del Éxtasis, la mental.

La naturaleza mental del Éxtasis

La naturaleza mental del Éxtasis proviene de las formas físico-energéticas (es decir, limitadas en comparación con la forma mental), o de las energético-espirituales (elevadas). Está relacionada obligatoriamente con el control y la vivencia del cerebro y es para el ser humano la forma suprema del Éxtasis, en la que no sólo regulamos el proceso del Éxtasis, sino que también somos capaces de experimentar y concebir conscientemente sus formas supremas.

La forma mental del Éxtasis no puede ser espontánea y no regulada, puesto que se expresa en la capacidad o incapacidad de la consciencia de experimentar no sólo la forma física, energética o espiritual del Éxtasis, sino también, de hecho, la de sí misma.

El mantenimiento de esas formas y su control por medio de la consciencia también crea condiciones para la vivencia de formas mentales del Éxtasis. Es una forma peculiar de vivencia del cerebro, del funcionamiento de sus glándulas y de la fusión controlada con los procesos.

Es un estado de Creación en el que podemos cambiar y llevar un estado supremo a otro. Esto nos acerca al conocimiento de la naturaleza espiritual del Éxtasis.

La naturaleza espiritual del Éxtasis

Durante la vivencia espiritual del Éxtasis (aunque puede estar relacionada con el ser humano), tenemos el estado de suprema fusión que no puede ser completamente controlado. Por supuesto, conforme a la fuerza de la mente, podemos conocer esta naturaleza, pero no podemos tomarla completamente bajo control.

Es la fusión con los estados supremos, la forma divina de existencia a la que podemos acercarnos, pero la cual no podemos dirigir. Por eso está más allá del concepto de la naturaleza del ser humano, de su “yo” y aún más de su Ego, que forma la base del Éxtasis físico. Ésta es la forma suprema de pulsación que no somos capaces de experimentar completamente, pero podemos permanecer dentro de ella.

El desarrollo de estas formas sin la comprensión de las primeras tres es un acto peligroso, que puede privar a la persona del control de sí misma. Debe quedar bien claro que aun siendo el estado supremo de vivencia, no posee naturaleza humana. Y si no estamos preparados para él, entonces podemos no sólo borrar nuestra identidad, sino también perderla.

 

31 enero 2014

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