La Doctrina Secreta
Me gustaría decir que cada Enseñanza debería poseer su doctrina. Pero resulta que esto no es así. Si algunas personas no involucradas en el proceso mismo del conocimiento, personas que no toman parte de la doctrina, personas que según la doctrina misma poseen diferentes ángulos y por lo tanto distintos puntos de vista, empiezan a interpretar la doctrina, entonces podemos decir que no tenemos presente tal Doctrina.
Cualquier experiencia y simbolismo ponen en duda la idea de la doctrina. Es como una llave, pero la llave para un terreno vedado. O para algunas de las puertas en el Laberinto Sagrado. Cualquier entrada está más allá del conocimiento sagrado o incluso simplemente del conocimiento. Si no está dotado de conocimiento, todo será artificial, no vivo. Pero esto se refiere, por así decirlo, a los muertos, y ¿para los vivos?
Debemos saber distinguir dónde están las claves y dónde están los secretos. En realidad, para unos esto puede ser un sentido oculto y para otros un folklore no vivo, y esto es así en el mejor de los casos. En efecto, no existen cosas simples. Cuando adaptamos a nosotros las cosas, empezamos a entenderlas como algo simple, y simplificamos nuestra consciencia. Para la mente compleja, esto es algo temporal, lineal, lo que significa que no existe. Y todo lo que existe es complejo, puesto que es una fórmula.
Buscar lo vivo entre los muertos es una tarea difícil si no excitamos su interés místico, dado que si algo existe, pero no está aquí, entonces se trata de cuentos populares, y si está aquí, pero no existe, entonces se trata de sombra que está más allá de los límites del supuesto secreto. Resulta que necesitamos un testigo. Pero, ¿para quién va a atestiguar él? Esto ya no es un mundo romántico de la literatura, sino que es una profesión concreta. La doctrina es un oficio concreto. Si no han oído bien, entonces pueden surgir interpretaciones provenientes del don de la comprensión.
Y ahora daremos una ilustración adicional: la doctrina no es arqueología, puesto que no nos permite tomar hechos aislados y tampoco rellena los huecos en la historia. La doctrina es un hecho. Y es un hecho delineado por un horizonte. Y el hecho de que a alguien le falta visión, no priva a la doctrina de su derecho de estar ausente. La doctrina no puede estar presente constantemente, de lo contrario no sería una doctrina. Ella también, de vez en cuando, necesita quedarse sola, por así decirlo, meditar un poco, aunque el proceso de meditación es la doctrina misma. Cuando tenemos un mediador, como es la meditación, caemos en la historia doctrinal. Por definición parece algo chévere, pero de hecho, en el mejor de los casos, es una expectativa de cuándo sucederá el “destello” y vendrá la aproximación más real hacia el verdadero propósito. Y hasta entonces… Hasta entonces seguirás siendo un objeto falso.
Podremos haber hecho algo importante en el pasado y algo importante en el futuro. Pero esto no es importante en el presente. Lo importante en el presente es comprender si había un Ritual, es decir si nos hemos vinculado al presente. De lo contrario, resulta que nos hemos convertido en pacientes infatigables con espíritu infatigable. Por supuesto, de todos modos obtendremos algún tipo de suspensión, pero no tendremos una conclusión. Es peligroso conocer lo grande, porque ¿qué pasa si resulta que aún no hemos comprendido lo no-grande? Desde luego, al principio no está mal así, pero luego viene la extenuación forzada. Y lo más importante es: ¿cómo multiplicar lo grande? ¿Incluso en la cabeza? Y, lo principal, ¿dónde está y en qué consiste la investigación? Y es grande la probabilidad de caer del campo de visión de los que miran desde arriba hacia abajo. Resulta que tenemos una situación que se parece a la Vara de Aarón… Pero luego siempre habrá quien se ofenda.
De hecho, quería decir: consagra la mente, de lo contrario puede empezar el proceso de floración. Es mejor tener en el cerebro un arbolito pequeño en una colina poco accesible, o en general, haber algo a una distancia lejana, pero accesible, de lo contrario el cerebro puede recibir una inculpación o convertirse en un monumento de la antigüedad. En general, en este caso no puedes encontrar el término perfecto, pero sigues recibiendo órdenes. ¿En qué consiste el sentido histórico de la doctrina? ¿Hacer a la gente patinarse? Pero, ¿cómo hacer esto si lo haces todo por ti, pero al mismo tiempo eres el resultado de la imaginación de alguien? Resulta que todo es una cierta fantasía. Y entre estas bahías de ambas partes del hemisferio, ser historiador es difícil y ser alquimista es imposible.
¿Cómo podemos conocer la esencia del texto cuando la esencia no está en el texto? ¿No saben? Y entonces, ¿para qué tenemos tal cantidad de declaraciones? ¿Para recibir una beca? Esto nos lo podemos permitir, pero en la exactitud habrá una desviación. Y la variante de compadecernos por nuestra pena en tal aspiración y en tales desviaciones, no nos servirá de nada. En general, a esto llamamos “no molesten a los nuestros”, sino más bien: hagan una reverencia ceremonial en la capilla de Santa María.
Es probable que Dios haya creado a Adán del polvo de la tierra, pero han surgido un montón de inutilidades. Es obvio que las semillas han ido lejos y se tenía que recurrir a una síntesis ya sea porque han envejecido, ya sea porque se han humedecido. Es como un tipo de injerto. Y ¿para qué necesitamos todas estas contraseñas y señales, cuando la moral aumenta según la valentía del amor a Dios?
Es verdad, algunas denominaciones atraen y, por así decirlo, “adoctrinan”. Lo que significa que las podemos decorar solemnemente. La materialización de tal representación es análoga al proyecto “Androide”. ¿Quién es el protagonista, tú o el androide? Al convertirnos en un Tetris en las manos del Androide, nos convertimos en un equivalente. Un equivalente que busca cosas reales. ¿Pueden imaginar esto? No, pero además la nomenclatura requiere fe. Y esto pasa en las condiciones en las que el derecho de tener una Medida del respeto ya se ha convertido en una reseña antigua que tal vez nadie pueda comprender. Lo que nos queda, por supuesto, es la bondad natural para las necesidades naturales. Y si uno no sabe a dónde volverse, entonces mi tesis está dirigida al César. Cuánto menos son las cosas, tanto más lejos queda el camino.
Es decir, el agua y el aceite no se mesclan. Sí, y, ¿qué dirán los comerciantes de pescado? Y, ¡ni hablar de los enólogos! Necesitamos una asociación en defensa de lo común y la llamaremos “La Orden del Búfalo”. ¿Por qué? Porque debe existir la diversidad civil. Pero también es necesario ofrecerles algo… Bueno, entonces que sea una sociedad de amistad de los antediluvianos. En general, de los contribuyentes. Y, al fin de cuentas, hay una buena razón por la que dirigirnos al curso correcto. ¡Inicio la Vida Eterna, amigos y hermanos, hermanas y vecinas de mi rumbo!
Y ahora, volvamos a las cuestiones más correspondientes a la Doctrina Secreta. La Doctrina, si existe, debe ser Secreta, de lo contrario no será una doctrina, sino una aventura después de la vida eterna. ¡O, a lo largo de ella! Supongamos que este es un razonamiento falso, pero entonces después de esto, no sigue nada. E incluso la gente que conoce los ritos, no puede intervenir y decir que el Ritual es un procedimiento, puesto que altera el orden y los documentos que lo comprueban serán quemados. En general, dentro de un tema tan claro, como es la Doctrina Secreta, no debe haber nada que impida concebir conscientemente esta claridad.
18 marzo 2014