Cuatro Ángulos
Hoy en día resulta difícil decir quién ha determinado esta área en la Tierra como la zona que debería jugar el papel más importante. Pero, de todos modos, tenemos que dar las gracias precisamente a los indios anasazi por los conocimientos acerca de la temporalidad y la intemporalidad. Los Cuatro Ángulos representan la Geometría sagrada del espacio que era importante para la gente que trataba de escapar de la influencia del proceso de la reducción de la vibración en la Tierra. Este lugar se entrelazó con la geometría específica del espacio intemporal donde los indios pasaban por el camino Sipapu, o el agujero, a través del que se conectaban con la matriz que determinaba la vibración de la zona, matriz después llamada “Madre Tierra”. Mediante estos viajes, los anasazi armonizaban el espacio, como si tocaran un instrumento musical.
Los Cuatro Ángulos son una zona vibratoria específica que ha dado origen a uno de los más importantes símbolos, los Cuatro Ángulos de Kokopelli, que está relacionado con la excitación del espacio, con su esfuerzo. Hoy en día, al ser humano moderno le resulta difícil percibir el hecho de que para los indios la interacción con el espacio era lo principal. Ellos lo determinaban como algo vivo, como un volumen en el que está presente el Espíritu y creían que del modo de interacción con el espacio, dependía el período siguiente de su existencia.
De hecho, la preparación de este espacio también tenía una gran importancia para los anasazi, ya que gracias a este espacio se disolvieron y hasta hoy en día siguen viviendo en él, pero en otro régimen tonal. Uno superior al tono básico de este lugar o, por así decirlo, en el modo mayor. Así que, en unas condiciones correctas de permanencia en esta zona, incluso en la actualidad podemos entrar en interacción con ellos. Para hacer esto, necesitamos una clave que es la flauta de Kokopelli.
De esta manera, los Cuatro Ángulos son el alma de América del Norte, donde hasta hoy en día sigue escondida la energía vital del espacio. Para sentir esto, es necesario conocer el paso Sipapu, que tiene un determinado sonido vibratorio que conecta el espacio con los cañones a su alrededor, donde el cañón principal está en la zona de la Capital Alquímica de América: en Sedona, ligado al Cañón de Chelly a través de unas entradas secretas.
Por supuesto, hoy en día, los conocimientos básicos acerca de las Proporciones Sagradas que los anasazi usaban, las obtenemos de los navajos. Lo principal que nos enseñan es cómo prepararse para la visita de estos lugares. En realidad, si uno se encuentra en la zona de los Cuatro Ángulos sin la tonalidad o la vibración necesaria, el lugar lo echará inmediatamente. Esto de verdad es una vivencia increíble, permanecer en un lugar donde el tiempo desaparece. Esta zona tiene su propia rueda de la vida, capaz de interactuar directamente con nuestro espíritu.
Y, lo más importante consiste en que, según las leyendas de los indios, éste es el lugar donde se formaron los cuatro puntos cardinales del mundo y la Tierra empezó a vivir bajo la ley del espacio tridimensional. Hasta este momento, vivía bajo la ley del espacio de dos dimensiones.
Es decir, los Cuatro Ángulos son un lugar donde se generaron las cuatro direcciones o mejor dicho, su relación. En realidad, al tener cuatro direcciones, obtenemos ciclicidadad. Al conocer la ciclicidad podemos cambiarla. En los cuatro ángulos está escondido el secreto de los cuatro mundos que, de hecho han formado el espacio de nuestra Tierra.
Los cuatro mundos, son el misterio del universo que se refleja en 13 lugares de la Tierra. Y uno de estos lugares, son los Cuatro Ángulos. Hoy en día, observamos estos conocimientos en los códigos, símbolos sagrados y los talismanes de los hopis y los navajos. Según la leyenda, los Cuatro Ángulos pueden ser divididos en diez partes. Diez es el número de los grupos vibratorios necesarios para obtener la manifestación suprema de nuestro espacio: la cristalización.
La Gira “Toro Sentado”
01 mayo 2014
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