Ropa Integral
La Ropa Integral es tipo de vestido capaz de poner en funcionamiento determinados indicadores en nuestro cuerpo, que se expresan en la fórmula de la percepción. Éste no ejerce reacción reflectora en nuestro cerebro basada en la onda corta de la emoción, sino que produce efecto resonante largo que funciona durante el período del uso del objeto.
Los indicadores básicos de la Ropa Integral son su forma, color, la percepción visual a persona que la lleva. Como Integral puede ser considerada cada ropa que da como mínimo tres impulsos de percepción, que se transforman en cierto formato de vivencia. Al mismo tiempo, la vivencia debe ser provocada cada vez que nos pongamos la ropa.
Al alcanzar tal tipo de vivencia, obtenemos efecto energético acumulativo importante relacionado con la acumulación de la energía en el vestido mismo, puesto que al expresar durante determinado tiempo actitud integral hacia la ropa, iniciamos intercambio energético estable, dotando al vestido de consciencia, lo convertimos en ritual.
La Ropa Integral es tipo de vestido que posee su propio ritmo y no está determinado por tales indicadores temporales, como la moda. Su tarea más importante es la forma que debe sincronizarse no sólo con el cuerpo, sino que también con la mente de la persona que la lleva. Luego vienen el material y el color. Tal tipo de ropa debe percibirse por los que la llevan y no debe ser “apagada”. Ésta construye también determinado estilo de comportamiento, dado que con su ayuda se realiza la expresión de la persona misma.
La Ropa Integral puede ser tanto compleja, como también simple. Puede ser expresada en forma de pedazo de tela o cuero, o camiseta. Sin embargo, si el vestido mismo no representa cierta forma, entonces debe expresar la forma de la persona. Y aquí, de hecho, hablamos de tatuarnos con la ropa. Y si sobre el vestido están correctamente situados símbolos, entonces se convierte en resonador fuerte, a menudo activando y transformando cardinalmente la vida de la persona. También puede limitar ciertos procesos que no corresponden con la naturaleza del hombre. Sin embargo, la carga simbólica de la ropa debe corresponder con las leyes de la Integralidad, especialmente si el símbolo del vestido es su base.
Sea lo que sea, en nuestra vida o interactuamos con el espacio, o éste nos traga y la ropa es el punto importante entre nuestro interior y nuestro exterior, donde es principal tener marcos constantes, ya sea en la forma de cinturón, camisetas, vaqueros o cazadora de cuero. Es decir, se trata de todo lo que se puede llevar largo tiempo y con lo que se puede estar en contacto con el ritmo y no simplemente usarlo de vez en cuando.
La Ropa Integral siempre está en contacto con el cerebro, incluso si es simplemente actitud táctil. La cumbre en la Ropa Integral es de obedecerla al símbolo que tiene influencia tanto visual, como también táctil y a través de tactilidad, la forma entra en interacción con el cerebro y lo sintoniza. De hecho, cosa similar pasa al usar la marca, el dibujo o el signo, acompañantes de cualquier tipo de vestido que implica reacción al posicionamiento.
Por supuesto, no podemos considerar tal tipo de ropa como Integral, pero ésta tiene inherente el mecanismo de la actitud que incluso en su aplicación más simple, influye en el cerebro. Y si tomamos tal grupo-zombi cual es, por ejemplo Louis Vuitton, entonces encontraremos un modelo claramente construido de influencia mental, poseedor sus raíces esotéricas, que precisamente hizo a la fuerza, a esta marca, Integral, sin tomar en consideración que según su forma y tactilidad están al margen de la comprensión.
Sin embargo, la locura del diseñador, que sacó las sintonizaciones necesarias, ha cumplido con su tarea ayudando a las “sacerdotisas” de Louis Vuitton, o sea las propietarias de su producto (si es real), usarlo en sus propósitos. Es decir, nos guste o no, si el simbolismo tiene sus leyes que se trasladan incluso a productos imperfectos en su forma, entonces éste posee fuerza.
Así que, con todo mi rechazo de esta marca, cabe reconocer que posee Integralidad. Pero si el objeto es integral, entonces el precio no importa, dado que cómo podemos evaluar los acumuladores energéticos que nos dan vida y resuelven muchas cuestiones (incluso si no lo comprendemos). De verdad, aquí hay un “pero”: si no aceptamos y no somos capaces de experimentar el producto integral, y aún más si usamos una falsificación, entonces no funcionará para nosotros.
Para la Ropa Integral es importante el comportamiento del cerebro, dado que ésta representa el Segundo Campo Integral. El Segundo Campo Integral, es el campo de la actitud, comparación, reacción, que resuenan y se integran constantemente en nuestra consciencia. El problema consiste en que no se absorbe por la mente, puesto que está limitado por la condicionalidad del pensamiento: “me gusta-no me gusta”, “bueno-malo”. Por eso, el signo, el símbolo, debe consolidar las leyes exclusivamente del campo Integral dándole determinado ángulo de pensamiento integral. La Ropa Integral es pensamiento alternativo donde hacemos, como mínimo, un acuerdo con nosotros mismos acerca de qué, por qué y para qué llevamos algo.
Una persona que comprende la integralidad de la ropa nunca comprará y llevará incluso camiseta de forma incorrecta y ni hablar ya de una que tiene aplicados dibujos y símbolos. La Ropa Integral es objeto de poder y, por supuesto, no puede ser encontrada en lugares que no corresponden con las tareas de la integralidad. Es decir, no puede ser vendida no se sabe dónde y por qué. Y aquellos que quieran aclararse este tema, les queda mucho trabajo.
Concepto importante en la Ropa Integral es la negación. En realidad, por esa razón ésta representa el Segundo Campo Integral, dado que ayuda a interactuar con aquello que para muchos es negación, entrando de esta manera al campo de la negación. Resulta que ésta permanece en sentido indicado, pero no comprensible para muchos. Y cuando de verdad uno llegue a conocerla, esta ropa le ayuda a pasar a otra clase de existencia, diferente. Su tarea es de sostener su especie como linaje integral, es decir un campo que vive según la ley de la resonancia. Y nuestra actitud es un tipo de resonancia donde profundizamos nuestra actitud, ante todo, hacia nosotros mismos.
Y aquí debemos comprender tres tipos de ropa, que de hecho, representan nuestra actitud hacia nuestro cuerpo. El primer tipo es cuando falta el mismo vestido y reaccionamos a nosotros mismo desde la posición del principio energético. La así llamada ropa de Adán es determinada envoltura energética que nos cubre. Es decir estamos, de hecho, cubiertos de envoltura energética que se determina por la reacción de nuestro cuerpo a la energía del espacio que nos rodea.
Otro tipo de vestido es cuando el cuerpo está cubierto de signos, es decir el tatuaje, que desde los tiempos más remotos se usa por muchos grupos totémicos para reforzar la percepción de sí mismos o sintonizar los vínculos, digamos, con su clan.
Y al final, la ropa generadora, formato cuando no sólo se introducen todos los seis algoritmos sensoriales de percepción, sino que también se crea recurso integral adicional en forma de intercambio energético de nuestro cuerpo, de nuestra consciencia con aquello que llevamos.
La Ropa Integral expresa, sobre todo, pertenencia. Cada objeto debe determinar y ser determinado, que es la ley de la resonancia del Segundo Campo Integral. En realidad, incluso si no aceptamos lo dicho, determinamos lo dicho y con eso nos ponemos de acuerdo con lo dicho. Al definir, una persona construye su propio estado e independientemente de qué arte de construcción dominamos, al seguir definiendo construimos el mismo campo de definiciones.
Y aquí se trata de dos estados de nuestra naturaleza: “definición” y “qué definimos”. Y a pesar de que la esencia de lo que definimos se distingue, ésta depende del estado de la mente que justo da esta definición. Es decir, nada cambia en la dualidad. En el campo de la determinación, lo transinteligible es una misma cosa.
La ropa, si ha obtenido definición, de inmediato llega a la clase de lo transinteligible, por lo que, esto es un intento de vincularse o integrarse. Mientras que falte el vínculo, el vestido se considera como simple y cuando aparezca, como Integral.
La Ropa Integral debe ser considerada desde dos sustancias: el alma y el cuerpo. Igual que determinamos para el alma cierto cuerpo a través del cuerpo, también podemos determinar un alma para el cuerpo, en forma de Ropa Integral. Si además aceptamos la aceptación de la negación, entonces de hecho, tenemos cierta base para algo, por ejemplo para el conocimiento. Por supuesto, aquí estamos obligados a afirmar, pero estamos libres de pruebas, por lo tanto, nuestro argumento es razonamiento. En general, nos falta poco y nos acercaremos al dominio de la filosofía.
02 abril 2015