El Arte de la construcción del cuerpo femenino

Cualquier desarrollo debe tener la navegación correspondiente, que debería predeterminar aquello sobre lo que trabajamos: la acumulación de la energía, su conservación o transformación. Cualquier acción, cualquier ejercicio debe llevar un carácter puntual y tener su propia dirección. La mayor dificultad es la sintonización correcta del cuerpo con la tarea, puesto que el cuerpo posee sus propias desviaciones prenatales (inherentes desde el nacimiento) o posnatales (adquiridos a lo largo de la vida).

La incapacidad de construir correctamente nuestro cuerpo, puede llevar a unos bloqueos y problemas aún más grandes, que nos lleven al lado y quienes no crean condiciones de nuestro crecimiento. Nuestro cuerpo no es indiferente a lo que hacemos y cómo lo hacemos. Pero, si para los hombres los problemas generados por el trabajo incorrecto con el cuerpo, se quedan desapercibidos (dado que, de nacimiento su energía se desarrolla de manera centrifuga), para las mujeres cualquier tipo de alteración, lleva al bloqueo de la energía, puesto que originalmente, ella debe ir al útero, teniendo una dirección centrípeta.

El Arte del desarrollo del cuerpo femenino se resume en cinco esfuerzos básicos:

  • Desbloqueo del cuerpo
  • Sintonización del útero
  • Fortalecimiento del útero
  • Regulación de los líquidos
  • Creación de viscosidad en el cuerpo

Para el cuerpo mismo, es fundamental llevarlo a un estado de viscosidad, o la creación del así llamado “Cuerpo de Mercurio”. Este concepto se introduce en la Alquimia Taoísta con el fin de preparar a la mujer (pues, también al hombre) para el trabajo alquímico. Esta práctica se llama “El Arte de la construcción del cuerpo a través del elemento Agua”. Según la Alquimia Taoísta, esta técnica se considera como una determinada fórmula, destinada al cultivo de la energía a través del cambio, la transformación y la reorganización de los esfuerzos en el cuerpo.

El cuerpo humano en la Tradición Taoísta se considera como un conjunto de capacidades físicas, energéticas y mentales. La calidad de estas correlaciones y la calidad de cada elemento, por separado, determinan también la calidad de la vida de la persona. Esta correlación está caracterizada por el concepto de “la estructuración del cuerpo”. Precisamente según la estructuración, uno puede entrenar y desarrollarse. Si la estructura está alterada, entonces es necesario, ante todo, recuperarla.

La gente nacida con estructura que puede desarrollarse de inmediato, sin recuperarla, hoy en día, es no más de 15-20% del número total de los habitantes de la Tierra. Unos 30 % más, son los parcialmente estructurados, pero esta parcialidad, no obstante, no les da la posibilidad de conocer la Unidad. En la Tradición Taoísta esta cualidad se considera como disminución (independientemente de las distintas habilidades). En las mujeres, este fenómeno va acompañado también por unas alteraciones patológicas. Esto es particularmente desfavorable para las que van a tener hijos, puesto que los problemas inherentes dentro, se transmiten también de la madre al niño.

Sin embargo, al dedicarnos a ciertas formas de trabajo en la Tradición Taoísta, debemos comprender qué tipos de conocimientos y leyes realizamos. No debemos hacer nada simplemente así. Siempre tenemos que realizar diferentes tareas. Precisamente en la base de este principio están construidos todas las prácticas y conocimientos en el sistema taoísta. En primer lugar, debemos prestar atención al hecho de que cualquier práctica está relacionada con la construcción y el desarrollo correcto del cuerpo. En otras palabras, la concepción de la cultura del cuerpo, en la que se realiza la ley de la Proporción, el Eje y el Enfoque, es la piedra angular de cualquier práctica taoísta.

La creación de la viscosidad en el cuerpo, o la práctica de la construcción del cuerpo a través de elemento Agua, es una secuencia, destinada a la activación de un determinado esfuerzo de la energía, que se llama “esfuerzo del elemento Agua”. Es uno de los cinco esfuerzos, a los que nuestro cuerpo es capaz de generar a través de ciertos sistemas del cuerpo. El esfuerzo del Agua, o el Qi del Agua, es el esfuerzo más profundo que precisamente está relacionado con la capacidad o la incapacidad del cuerpo de generar energía. Al mismo tiempo, en las mujeres, este mecanismo está formado de una manera natural.

Este esfuerzo también sirvió de base del desarrollo de la práctica taoísta más antigua: la limpieza de la médula ósea. Este mismo esfuerzo regula también un tipo de energía que alimenta nuestro cerebro.

En la idea de la práctica dirigida a la construcción del cuerpo a través del elemento Agua, radican dos principios básicos de desarrollo: la Ley de la Conservación de la energía y la Ley del Retorno. Sin la comprensión de estos dos principios, es absolutamente imposible desarrollarnos, puesto que no tendremos condiciones para el aumento de la energía. Por eso, al principio debemos adquirir fluidez del cuerpo.

Como ya hemos mencionado, esto es de suma importancia para las mujeres, dado que en las mujeres, la energía del desarrollo depende fisiológicamente del retorno. “La construcción del cuerpo a través del elemento Agua” desarrolla la concepción consciente del principio de Retorno y permite llegar a manejarlos a través del trabajo con el cuerpo y la consciencia. Al desarrollar el principio de la construcción del cuerpo a través del elemento Agua, ayudamos al mantenimiento de las funciones y los procesos en el organismo vitalmente importantes, por ejemplo el metabolismo y la alimentación del útero con energía, de los riñones, de los tejidos óseos del organismo.

Esta práctica debe llevarnos a la comprensión del bajar la energía para que podamos conocer los tipos profundos del Qi y no simplemente mover la energía superficial. Es importante lograr el proceso de nutrición de todo el organismo. Esto nos permite eliminar las distintas alteraciones del funcionamiento del organismo, tanto los recibidos de la naturaleza, como también los adquiridos posteriormente.

De hecho, la aspiración de muchas mujeres a la plasticidad, al torcerse, no es nada más que un intento de llenarse. Pero aquí surge el peligro también de agravar la situación, dado que sin la comprensión de las leyes del desarrollo de la plasticidad, las mujeres más a menudo se sobre-estiran y alteran el funcionamiento de los grupos de meridianos.

De aquí, surge la tarea básica de la práctica de la construcción del cuerpo a través del elemento Agua: establecer un manejo unificado de nuestro cuerpo, una circulación unificada de la energía, superando la forma fragmentada de la existencia. En estas condiciones, la plasticidad debe tener una forma unificada de movimiento y entrelazarse en una estructura unificada. Ella debe provenir de la fuente unida.

La fuente unida en los hombres es la parte baja del abdomen, en las mujeres, es el útero. Mientras que el movimiento no esté vinculado al útero, no será unido. Pero, al principio se debe aprender a retornar la energía. La forma de la construcción del cuerpo a través del elemento Agua, es muy importante para el fortalecimiento de la vitalidad, el fortalecimiento de la energía original. Esto se realiza al retornar la energía en los riñones.

 

22 diciembre 2010

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