Determinar la significación de nuestras acciones
En una etapa inicial, de la persona se exige agruparse para existir de acuerdo con sus propias habilidades reales y no según sus deseos, para conservar y desarrollar su fuerza personal. La fuerza personal se basa en la capacidad del cuerpo de corresponder con sus propios recursos, acumulando y conservando energía en el proceso de cualquier tipo de actividad vital.
Dicho de otra manera, debemos aprender a plantearnos preguntas para entender adónde se dirige el esfuerzo. Independientemente de qué acciones está realizando una persona, expresa constantemente un esfuerzo respecto a sus actividades cotidianas y profesionales. Y de la comprensión correcta de sus acciones depende no sólo su estado psicológico, sino también su capacidad de cambiar y mejorar su vida. Una persona que no controla su vida no puede ser un Hombre de acción. No puede estar en una sucesión comprensible de sus acciones y en la comprensión de su propio ritmo. Por lo tanto, simplemente será parte de un cierto proceso, que para él es inconsciente y que en el mejor de los casos corresponde a sus necesidades fisiológicas y emocionales.
Si no determinamos la significación de nuestras acciones, entonces desarrollamos paulatinamente una inactividad interna que lleva a las siguientes consecuencias:
- Alteración de la respiración;
- Debilitamiento de la concentración;
- Pérdida del balance interno;
- Distribución incorrecta del esfuerzo físico sobre los órganos, los vasos, sistemas del cuerpo;
- Bloqueo de los meridianos energéticos;
- Intensificación de actividades emocionales, en detrimento del llenado sensual;
- Inmersión en una dependencia externa caótica;
- Desviación, aún más grande, de la comprensión del ritmo de vida personal.
RSS: