El desenrollamiento del Ritmo
El desenrollamiento del Ritmo es un proceso de identificación, expansión y compresión de la energía. En esta cuestión es importante comprender la función oscilatoria de la energía y, como consecuencia, determinar su frecuencia. No simplemente sentir, sino también determinar cómo cada onda se mueve por el impulso en dos direcciones. Es importante comprender la resonancia: si es de menos, entonces hablamos de la resonancia horizontal, y si es de más, entonces de una resonancia vertical.
Dirán: ¿por qué necesitamos todo esto? Si uno quiere conocer la teoría de la frecuencia de la existencia, entonces es necesario, al principio, llegar al proceso de vivencia y recién después cambiarlo. Pero esto tampoco es un límite. Al cambiarlo, podremos recrear la vivencia, llenándonos con ella. Ésta es una función de existencia ilimitada, inmortal, que el ser humano puede alcanzar. Si debemos hacerlo o no, aquí no se trata de decisiones, puesto que ¿cómo puede uno decidir sobre algo para lo que no se está preparado?
Simplemente hablamos de la existencia de un modelo de cuerpo y energía, en el que creamos una condición para la vida de la energía y para llenarnos de ella. Es un proceso de movimiento perpetuo que está acompañado por una vivencia. Somos capaces de crear nuestro propio campo y vivir en él. No podemos perfeccionar el modelo del espacio; éste ya está definido por 13 composiciones.
Pero dentro de este modelo del espacio, nosotros podemos crear un campo y éste será nuestro y podremos manejarlo como nos dé la gana, puesto que dentro de él no existe el tiempo, y además se puede resolver la cuestión de la transición de una forma de existencia a otra. ¿Cómo es posible todo esto? Pues es muy simple: el campo nos permitirá cristalizar e integrarnos en el espacio, como lo han hecho, por ejemplo, los minerales en la tierra.
Pero para no llevar la consciencia a un callejón sin salida, quiero fijar otra vez su atención en lo importante: el desenrollamiento del Ritmo es una condición para el manejo de la vivencia, en la que una de las propiedades claves es la alimentación con las vivencias, como lo hace la gente, de hecho, con sus sensaciones, emociones o sentimientos.
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