El Ritmo externo y el interno
El Ritmo externo y el interno son condiciones en las que vivimos, y ellas tienen sus principios y criterios. El Ritmo interno depende del externo por naturaleza; sin embargo, por su desarrollo puede diferir. El Ritmo externo no depende del interior. Bajo el concepto de interior debemos entender el Ritmo del ser humano. Dicho de otra manera, podemos decir que el Ritmo externo tiene su propio ritmo interno y ésta es una condición de la existencia del Ritmo externo. El Ritmo externo siempre representa la fuerza de alguna Geometría.
A nuestro alrededor no hay nada sin forma y caótico, todo está estructurado. El caos que tratan de presentarnos como una ciencia exacta es un mito. El movimiento browniano es una burla. Nos muestran cómo vive el espacio temporal, pero no está estructurado y, por lo tanto no es interesante. En ese espacio no puede haber ningún ritmo constante.
Incluso si tomamos la interacción entre el Sol y la Tierra como referencia, que para nosotros indica el tiempo (aunque para la gente de la antigüedad era una referencia espacial, un factor de llenado), entonces el ser humano en un mismo tiempo, en un mismo lugar, encontrándose en diferentes acciones, condiciones o incluso en diferente altitud, interactúa con el tiempo de diferente manera. Pero, de hecho, esto ni siquiera debe ser tomado bajo consideración. Es importante comprender la universalidad del Ritmo externo, el cual está caracterizado por cierta adyacencia de ángulo con nuestro mundo interior.
El mundo interior está dotado de un formato humano de existencia y genera fuerza que puede estar subordinada a nuestra consciencia - si está formado, por supuesto, de acuerdo con el Ritmo interno y no con respecto al externo. Ésta es la cuestión más interesante en nuestra existencia, en la que oponemos el Ritmo interno en forma de interacciones con nosotros mismos, donde nuestra Geometría interior entra en interacción con la exterior.