Profesor y Alumno. Una opinión personal acerca de una cuestión general
Cabe decir que este tema es más importante para mí (bueno, también para aquellas personas que enseñan a otros), que para los seguidores. Al escribir el artículo, “Profesor – Alumno”, en el que, en primer lugar, se muestran las condiciones que caracterizan la relación Profesor – alumno y al recibir un montón de preguntas sobre este artículo, decidí continuar este tema. Y debido a que las preguntas están dirigidas más a mí personalmente, seguiré considerando este tema desde el punto de vista de mi experiencia personal.
En realidad, antes de hablar de la idea de la relación del Profesor con su alumno, debemos entender, en qué, de hecho, consiste el proceso que los une. Para mí, el Profesor es la persona que representa conocimientos y el alumno es la persona que los recibe. Pero, la adquisición de conocimientos es un proceso y no cada persona que entrena es capaz de aceptarlos, por lo que no puede ser considerado, en este caso como un alumno.
La persona que entrena es la que sustituye el Conocimiento real con la idea del Conocimiento. De hecho, la vida misma del que entrena es solo la idea de su vida. Por eso, hablando de la relación entre el Profesor y el Alumno, debemos, en primer lugar, examinar en qué plano precisamente están las interacciones que forman esta conexión.
Y lo principal aquí, sin duda, es la experiencia de la interacción que determina la capacidad o incapacidad de llevar a la persona que entrena al estado de ser Alumno. Pues, por mucho que alguien llame a otro Profesor, esto no determina la verdadera relación entre el Profesor – Alumno en absoluto.
Para el Profesor, es importante implementar los objetivos de la Enseñanza, los que precisamente pueden determinar si el Alumno tiene a su Profesor y este a su Alumno. Incluso si viéramos que uno de los dos no aceptara esta posición, pero implementara los objetivos del aprendizaje, entonces obtendríamos lo que esta conexión debiera crear, lo que es mucho más importante que cualquier definición.
El Profesor siempre debe ser consciente de que cualquier interacción es la experiencia de desarrollo. Luego, a él ya se le imponen las condiciones del espacio, las que no siempre le dan la experiencia necesaria para hacer cristalizar el objetivo. Es que, permaneciendo en la ambiente social, el hombre no sólo hace algo, él sigue incondicionalmente el ritmo de vida y lo siguen millones de personas a su alrededor.
Cuando por ejemplo, recién comencé a determinar la relación con los que enseñaba, el ambiente en el que vivía la gente era estable. Para tal Enseñanza en la actualidad, esto es la condición perfecta. Estoy hablando de la época de la Unión Soviética, cuando la vida era una constante. Tanto para mí, como para casi un millón de personas que trataban de hacer algo consigo mismas, las clases fueron el concepto más alto de la existencia social, ya que aquello llevaba en sí la idea de un cambio interior de aquella constante.
Y por supuesto, incluso la Enseñanza más imperfecta en aquella época podría percibirse como mucho más perfecta que, por ejemplo, hoy en día, cuando los conocimientos más perfectos no pueden ser adquiridos o debido a la construcción imperfecta del hombre, o debido a que su cerebro no puede permanecer en una condición estable. Principalmente, esto está relacionado con el hecho de que el ritmo social moderno es inestable y la cantidad de las cosas que distraen al hombre de sí mismo, es mucho mayor. Y si tenemos en cuenta que el hombre todavía no ha encontrado a sí mismo, entonces la desviación hacia otra dirección se acrecienta geométricamente.
¿Cómo se puede llenar una persona o involucrarse dentro de una disciplina de las acciones, si está en condiciones de distracción constante? Por eso, es muy natural que cada Profesor ofrece o el esquema de Enseñanza que él mismo ha vivido, o su método (si es que se dio cuenta de que no debe poner un sistema viejo en una realidad diferente.) Luego, de nuevo, todo depende del espacio: cuándo, dónde, cuánto y a quién estamos enseñando.
Pero cualquiera que sea la manera de alguien de enseñar al otro, al principio, siempre es la de hacer un montón de trabajo no cualitativo sino cuantitativo, cuya tarea es en primer lugar, generar un actitud del hombre hacia el Conocimiento y no su enseñanza. Sin embargo, en condiciones constantes que apuntan directamente a vivir (es decir, en un ambiente donde se puede realizar la Tradición o simplemente ganar permanencia) basta con el eslogan: “¡Haz lo que yo hago! ¡Hazlo junto a mí! ¡Hazlo mejor que yo!”.
Es decir, tenemos una situación única en la que el proceso del entrenamiento es superior a los conocimientos que estamos usando. Imagínense: desde hace no tanto tiempo la gente ni siquiera usaba la palabra “energía”, que se ha convertido casi en una muletilla, cuando todo el mundo está hablando de “energía”, pero son pocas las personas que entienden lo que es. Resulta que si no se crea para el hombre una mejor disciplina que en la que vive, entonces, ¡no va a cambiar nada!
Y ni siquiera se trata específicamente de los conocimientos. En una sociedad constante, sería más fácil hacer esto, ya que conocemos nuestro, por así decirlo, “enemigo”. Pero en una sociedad caótica esto es imposible. Además, esto es no sólo imposible: el ritmo caótico de la existencia hoy en día es un hecho, es algo que la sociedad ha definido como una condición para la vida del ser humano. Este es un proceso de la vida, que llamamos la “supervivencia”, puesto que vivir en una constancia impropia del ritmo, es siempre un estrés. Y ¿cómo enseñarle a una persona que es incapaz de comprender el ritmo de desarrollo, ya que no está listo para percibirlo desde el punto de vista fisiológico?
La sociedad ha convertido al hombre en un consumidor: consumiendo el espacio, los intereses, las ideas y lo más importante, consumiéndolo a sí mismo. Y una persona que durante toda su vida está consumiendo, ¿acaso puede cultivase a sí misma?
Solamente veinte años atrás, la gente necesitaba sólo una disciplina diferente de las acciones, mejor que aquella en la que se encontraba. Mientras que ahora no puede, porque la ruptura entre la constancia y el caos se ha vuelto tan grande que la persona ni siquiera puede comparar ambas condiciones: ¡él simplemente se desacostumbró de hacerlo! Se convirtió en un ser humano trivialmente desenfocado. Todo esto crea una disciplina completamente diferente de la vida, o mejor dicho la falta de ella y lo más importante, valores diferentes. Por eso es necesario tener en cuenta también las condiciones externas en las que se realiza la interacción durante el momento de la enseñanza.
Todo esto, por cierto, ha cambiado la actitud no sólo hacia los conocimientos, sino también hacia la gente que los da. Y esto es muy normal. Por eso, es necesario no sólo tener en cuenta las condiciones en la que se crea la relación entre el Profesor y el Alumno, sino también comprender que estas condiciones van a cambiar. Y ellas pueden dar a una persona la oportunidad de plantearse preguntas acerca de qué y cómo y al otro, no.
Aquí, por ejemplo, uno de los que entrenan se plantea la pregunta: Si una persona está entrenando correctamente debe fortalecerse, debe acumular una cualidad, ser sabio, percibir la vida más ampliamente, aumentar la calidad de su vida cotidiana Es que, si los conocimientos son verdaderos, entonces los podemos aplicar en cada aspecto. Podremos seguir aumentando nuestro nivel profesional y aprender más.
De hecho, esta cuestión determina si la persona es capaz o incapaz de oponer el proceso de la enseñanza al proceso de la destrucción y esto es muy importante. Si tengo sin embargo, gente que entrena conmigo y que piensa en esto, es probable que esto se deba al hecho de que estoy haciendo las cosas correctamente. Pero si hay gente que no lo nota y no piensa en esto, eso significa que estoy haciendo las cosas incorrectamente.
Sin embargo, la respuesta aquí es evidente para mí. En realidad, esto es con lo que comencé, cuando la vida era una constante y yo podría asumir la responsabilidad de las personas a las que enseñaba. Y cuando se cambiaron las condiciones de vida, me encontré con el hecho de que la gente no puede vivir en la constante de la existencia natural, a menos que alguien le llevara en algún monasterio durante cinco o diez años y consiga como hacerlo quedar allí.
Pero, lo curioso es que: precisamente aquí hice mi primer grave error en la enseñanza de la gente. El momento en el que el mundo se iba reconstruyendo, no tuvo efecto en mi constante interior, yo estaba listo, pero la gente a la que enseñaba todavía no. Y decidí actuar bajo las mismas leyes en las que empecé. Es decir, creía que los conocimientos eran tan fuertes (a fin de cuentas, me dieron la comprensión de las constantes) que todos seguíamos aquel concepto y nos ayudaba a todos a ser superiores a cualquier circunstancia externa.
Pero no noté la fuerza de aquel cambio, que tenía un concepto muy interesante. Este concepto es importante para todos, independientemente de la sociedad de la que vive cada uno. Este concepto se llama “falsa libertad”. Precisamente este concepto ha destruido la idea de la interacción de “Profesor – Alumno” en la sociedad contemporánea.
Hasta el momento en el que la persona no adquiera una fuerza adicional, no puede decir: “Yo tengo resultado de mis acciones”. Pero una cosa es cuando él ha adquirido esta fuerza, estando en una sociedad estable y otra cosa es, cuando la adquiere en una sociedad inestable. Resulta que en una sociedad inestable es necesario tener no sólo una fuerza, sino también la comprensión de cómo usarla, porque la sociedad estable nos da una sola dirección, mientras que la inestable, muchas.
En una sociedad estable se puede vivir sin cerebro (como en Noruega, por ejemplo). En una sociedad inestable (como en Rusia), es imposible vivir sin cerebro, porque la mediocridad en una sociedad inestable, es la destrucción de la propia sociedad. En una sociedad inestable, la gente, incluso alcanzando algún nivel, puede encontrarse mañana en la basura si su fuerza no se corresponde con el nivel del manejo de esta fuerza.
Aquí, algunos se preguntarán: ¿cómo es posible que algunas personas alcanzan un cierto nivel, cierto listón y luego rompen las relaciones y se van? En las circunstancias, en las que se realiza la interacción entre el Profesor y el Alumno, no existen unas condiciones para controlar este listón. Este listón está controlado por la sociedad, su Egrégor, lo que significa que el Profesor hoy en día resulta muy limitado en las oportunidades de enseñar. No se puede enseñar a la gente a nadar, si no hay agua en la piscina, aunque tengamos una piscina (para mí, por cierto, es más importante desarrollarme, que engañarme pensando que tengo a alguien a quien enseñar). Por eso, el máximo que puede hacer un Profesor, si tiene un cierto producto por el que no le da vergüenza, es venderlo.
Esto permite crear en el mundo contemporáneo ciertas condiciones para apartarse de los falsos alumnos y las falsas condiciones, cuando, como resultado, el Profesor no le debe nada a nadie y el Alumno no le debe nada a él. Sólo existen ciertas reglas que controlan las relaciones. Por lo menos, disponemos de una zona colchón en las condiciones actuales de vida de la gente de hoy.
Al mismo tiempo aquí aparece la oportunidad de alcanzar un nivel de relaciones, en el que se puede interactuar con la gente de una manera muy diferente, aunque estemos en estas condiciones. En resultado, se crea al menos, un puente que permite conservar la idea de la conexión “Profesor – Alumno”. De hecho, se trata de que cada alumno debe crear una fórmula determinada de relaciones, comprenderla y asumir la responsabilidad por ella. Queda claro que en tales circunstancias la gente se verá obligada a plantearse las preguntas a sí misma y hoy en día esta ya es una condición imprescindible para el mundo.
Es que aquí a menudo radica la mayor dificultad. El Profesor no puede ser, en estas circunstancias un “médico de familia”, ya que un hombre que está en las condiciones incontroladas de existencia es incapaz de seguir incluso los consejos básicos. Como resultado, tarde o temprano, el que no entiende qué es lo que hace y quien no asume la responsabilidad, se va enojado, descontento e insatisfecho. Y eso también es muy normal. La única cosa que se puede decir aquí es: si uno tiene una buena manzana, pero no tiene dientes, ¿por qué acusar a la manzana?
Y aquí hay otra pregunta: ¿por qué algunas personas no pueden comportarse de una manera más “humana”? ¿Por qué utilizan las mismas prácticas, los conocimientos que han recibido, incluso los nombres y las fotos y copian el programa de giras que yo les doy, sin siquiera respetar y notar el esfuerzo que fue creado para ellas?
Bueno, vamos a examinar este tema un poco. Las personas que entrenan, se dividen en varias categorías y yo quiero caracterizar estas categorías, lo realizo observando durante muchos años a millones de personas en todo el mundo.
La primera categoría: una persona que hace ejercicios que alguien le muestra. Esta gente no sólo no entiende que no se trata de ejercicios, sino que tampoco entiende por qué los hace. Tal persona puede participar un sólo día, por ejemplo, en un seminario, o una semana, o un año o periódicamente.
Esta categoría de gente para mí, no corresponde incluso con el primer nivel. Quiero decir, que conozco personas que han estado conmigo una sola vez en una gira y han empezado a realizar las mismas giras. Conozco a gente que ha participado una sola vez de un seminario y luego comenzó a dar clases de Alquimia Taoísta. En general, tienen el derecho de hacer esto, porque en sus cabezas tienen el pensamiento, “Yo pagué por esto, puedo hacer lo que quiero”. Y esto será un problema para aquellos que vayan a practicar con esta gente. Yo digo: “Está muy bien que haya personas que van a practicar con tales facilitadores”. Estos “instructores” han tomado a este tipo particular de gente y ella no vendrá a mí, a participar de mis seminarios y esto es ¡muy bueno! ¿Para qué necesito personas que están dispuestas a dedicarse a algo sin ningún tipo de comprensión? Puede que se trate de cierta categoría de gente a la que simplemente le gusta este o aquel hombre.
El segundo tipo de gente: los que entrenan regularmente. Para mí, esta gente tampoco es practicante. Bueno, por alguna razón, les encanta hacer esto regularmente. Para mí, bueno, es mejor entrenar regularmente que hacer regularmente cosas irregulares. Es mejor hacer regularmente ciertas cosas potencialmente útiles que cosas inútiles.
Estas personas creen que están practicando. Es su derecho, yo no tengo la capacidad de convencerles de lo contrario. El problema de estas personas consiste en que ellas aplican su experiencia vital acumulada en sus clases. Es decir, ellos vienen a mí y yo les digo: “Deben hacerlo de esta manera” y ellos me responden: "Yo lo haré como yo creo que es necesario". Incluso si no lo dicen explícitamente, da igual, lo hacen, como ellos lo entienden.
Puedo repetir mil veces: “¡Apóyate en la planta!” y la persona no sabe cómo ponerla correctamente y sigue ponerla como solía hacerlo, aunque crea que se apoya en la planta. Su experiencia de poner incorrectamente su planta es mucho más grande que su experiencia conmigo y que poner su planta correctamente. El hombre sigue cumpliendo las cosas que hace de la misma manera que antes ha cumplido el resto de las cosas. Si uno se ha vestido de nueva ropa, eso no significa que bajo esta ropa esté otra persona diferente.
Y por supuesto, si tal persona comienza a entrenar a alguien, entonces lo hará igual que un tonto lorito, según su propia comprensión. Yo pasé por esto. Casi en cada gimnasio hay un instructor de yoga e instructor de Tai Chi. Resulta que la sociedad ha impuesto su entendimiento de cómo todo debería ser. Y, ¿por qué yo debería luchar con esta sociedad?
Hoy, prácticamente se ha hecho una ley el hecho de que las personas que enseñan algo, estén determinados por alguien o algo, sin realmente representar esta idea. No puedo decirle a esta gente que, en general, aún no ha comenzado incluso a entrenar, “¿Por qué enseñas esto?”, porque, en realidad, ¡no enseñan nada! Esto, otra vez, es un problema para los que van a entrenar con ellos. Pero, ¿quién debe dar a comer a las ovejas y quién debe trabajar en el zoo? Si la sociedad contribuyó a la aparición de la gran cantidad de animales, entonces ¿acaso alguien debe hacerse cargo de ellos? Es mejor dejar a que alguien que les cuide, que estén vagando por las calles.
Una cuestión más, “¿qué hacer con el hecho que la gente está utilizando los mismos nombres, marcas, etc.?” Mi respuesta es la siguiente: cuando compramos un libro llamado “I Ching”, o un manual de física o química, ¿acaso pensamos que en realidad debería entender y representar este libro y debería saber cómo hay que trabajar con él?
En este caso, ya existen algunas leyes automáticas que rigen los procesos energéticos. Todo tiene su significado y, por supuesto, cualquier signo, cualquier palabra y cualquier nombre tienen su significado. En las leyes del Conocimiento, cada signo es una estructura y la estructura es superior a cualquier ser humano. La gente hoy en día no entiende ni los signos, ni el sonido y podemos hablar de esto sin para si quisiéramos, pero estos signos viven y funcionan y esto es un hecho.
Si alguien usa uno u otro conocimiento, valores, símbolos y lo hace sin real la comprensión, sin navegación, entonces el resultado será el de convertirse en un rehén de todo esto y resultará muy difícil de discutir.
Aquí se puede añadir también la misma propiedad intelectual, pero hay un montón de preámbulos, para determinar tal fácilmente nuestra actitud hacia tales cuestiones. Si uno no puede vivir en la sociedad justamente, entonces él empieza a vivir en ella injustamente. Es una ley. Y ¿cómo se puede determinar cierta actitud, si alguien vive observando leyes injustas?
El siguiente tipo de personas son los Instructores. En realidad, desde aquí realmente la gente se convierte en un Practicante. El Instructor, es el que tiene comprendida la navegación y sólo en este nivel, por ejemplo, en mí se forma la actitud hacia los que dominan cierto conocimiento.
Se trata de un hombre cuya tarea es principalmente instruirse a sí mismo. Tal persona no sólo hace algo, sino también trata de prestar atención a lo que está haciendo. Y, por supuesto, hacia el Instructor ya hay una actitud, porque él toma esta navegación hacia otra persona.
Indudablemente, el Instructor puede asumir que tiene un Profesor, porque tomó de él esta navegación, pero el Profesor aún no puede considerarle su Alumno. Para mí, el Instructor es una persona a la que empiezo a observar. Y, a menudo, de hecho, se forma una conexión interna con los Instructores que entran en el Egrégor del Conocimiento. Desde este momento, si la persona se comporta incorrectamente respecto al lugar de donde toma la navegación, ella misma bloquea su propio desarrollo. En este caso, ya no tiene la capacidad de realizar por sí mismo una acción, ya que la presencia de la instrucción aún no le permite implementar algo fuera de los límites de esa instrucción.
El Instructor debe concordar todas sus acciones, ya que no debe ir más allá de la instrucción. Él tiene que seguir las reglas y aún no es un fundamento de estos sistemas o conocimientos que representa. Para tal persona, la instrucción es mucho más importante que para los demás, o para aquellos que se la han dado a él, ya que esta instrucción le mantiene en las tareas del acto.
Aquí comienza la triple lucha. En primer lugar es la experiencia generada y las razones personales. Luego, hasta qué punto esta persona es capaz de acostumbrarse a la sociedad en la que vive. Además, es importante entender que está usando algo ya adquirido. Él ya dispone de herramientas, pero todavía sigue siendo incapaz de usarlas profesional y cualitativamente, ya que carece de la experiencia necesaria.
Este es el período más importante en el Aprendizaje, en que una persona crea no sólo su propio fundamento, sino también el fundamento del sistema que representa. A partir de ese momento, la persona recibe el estatus de un Candidato de ser Alumno. Y para cualquier Profesor este es el material más valioso: esta persona ya está cambiada, pero sigue vacía, se le puede llenar, pero aún no ha adquirido la fuerza necesaria. Y por supuesto, si estas personas se van o dejan de entrenarse, es una gran pérdida, pero eso es un hecho. No hay nada que yo pueda hacer porque el espacio está lleno de un montón de cosas que pueden desviar a la persona.
Sin embargo, la ida de estas personas es muy útil también para los Profesores. Esto permite a los Profesores mejorar el Método de la Enseñanza, porque un verdadero Profesor no considera para sí mismo la verdad en su última instancia. Y yo siempre he dicho a la gente que entrena conmigo: “Si encuentra algo mejor, váyase para allí!”. Esto es normal. Incluso si la otra persona sabe menos, podría ser más útil para esta gente.
Pero aquí hay que entender que si se va una persona que entrena, entonces ella siempre tiene la posibilidad de volver. Sin embargo, si es un Instructor y se ha ido a estudiar a otro lugar para él sería mucho más difícil volver atrás... Es importante comprender por qué esto es así.
El Instructor es una persona que ya está en la etapa del Conocimiento del Método y si se ha ido a otra parte, él altera el Método. Puede que adquiera temporalmente algo, pero él altera el Método de los conocimientos en los que permanecía antes. Él o debe irse y crear otro Método, o debe seguir el Método que se le da. De lo contrario no será capaz de desarrollarse ni aquí ni allí y si esta persona enseña a alguien, entonces altera la idea de la construcción proporcional del Conocimiento.
Un Instructor que ha alterado el Método, altera el esquema del desarrollo. Esto significa que él mismo ha determinado como un Maestro, capaz de tomar por sí mismo la decisión de dónde aprender. Pero es obvio que el Instructor no puede irse y seguir usando los mismos conocimientos, sin avanzar en el Método de su Aprendizaje.
Sin embargo, si se va y logra algo más en su desarrollo, entonces la primera persona que debería estar feliz por esto, es la que le dio a este hombre el Camino del desarrollo. Esto significa que este hombre ha adquirido el Método correcto del Aprendizaje.
No puede haber muchos Profesores, el Profesor es el que enseña la navegación y el Método. Por ejemplo, un hombre que entrena Tai Chi, deja de hacerlo y se va a estudiar Tango o Danza Árabe. Él puede decir: “Pues, la Danza Árabe y el Tango son mucho mejor que el Tai Chi!”.
Pero si esta persona ha comprendido el Método y la navegación de cómo hacer correctamente Tai Chi, aprenderá Tango y Danza Árabe basándose en esta navegación. Y el hecho que él no respeta estos conocimientos llevará a problemas que surgirán después, porque no ha comprendido la idea del crecimiento.
Imagínense la siguiente situación en que a lo largo de diez años te esfuerzas por enseñar a alguien o él mismo se esfuerza por aprender algo y todo esto no le hace sentirse muy feliz... Y luego se va a otro lugar y de repente todo le sale fenomenal. Pero, ¡puede que simplemente él no ha esperado dos días más para alcanzar estos resultados en el primer lugar! Y, por supuesto, él va a usar los logros del anterior lugar en el nuevo, pero el ¡Método no será conocido en su totalidad!
La actitud hacia el Instructor es siempre más severa. En este caso hay una gran probabilidad de hecho, que la persona abandone o niegue el sistema de la enseñanza, pero continúe utilizando estos mismos conocimientos, entonces se creará graves problemas energéticos.
La ida del Egrégor del Conocimiento es una pérdida seria. Pero es muy peligroso especular con esto, porque nunca se puede privar a las personas de la oportunidad de irse. Simplemente la ida debe ser normal. Si uno se va a la montaña y se dedica a esto, entonces, ¡Que Dios le acompañe! Si una persona puede disfrutar de un robo, si le gusta robar o engañar, esto es problema suyo, ya que él baja su vibración y se destruye. Cuál es la diferencia si él es bueno o malo, ¡él se destruye a sí mismo!
Pregunta: ¿Puede una persona que entrena en un sistema, irse y construir su propio esquema de la existencia, una escuela, etc.? Es que si uno ya es un Instructor, entonces él ha tomado la navegación. Ella vive en él, ella ya está creada, lo que no resulta tan fácil de hacer. Pero no hay que olvidar que la sociedad en la que vivimos no permite construir un esquema normal de desarrollo, por eso no podemos esperar algo a alguien.
Por supuesto, si una persona se va cerrando la puerta y diciendo: “¡Vete a la mierda!”, y continúa utilizando el mismo Conocimiento, entonces esto simplemente muestra su ignorancia. ¿Qué puedo decir, “Eres un chico malo”?
Aquí se puede meditar un poco sobre el Karma, pero desgraciadamente es un tema bastante especulador. Hay que comprender la fisiología del Karma. Cualesquiera decisiones energéticas nuestras que tienen tal esfuerzo, llevan a una baja de la vibración y la baja de la vibración ejerce un influjo incluso en el nivel fisiológico.
¿Es natural para el estudiante desprenderse del maestro o él está obligado a crecer dentro de la escuela? Seguimos: después del Instructor, tenemos el Maestro. El Maestro es una persona que ha alcanzado la máxima condición en sus valores prenatales. Y, por supuesto, el Maestro tiene el derecho de hacer lo que quiere, ¡por eso es un Maestro! Si yo le he determinado como un Maestro, entonces luego es sólo obra suya cómo va a actuar.
Hay que tener en cuenta la imperfección del desarrollo, la imperfección de las relaciones y un montón de otras condiciones. En este caso, no se puede privar a una persona de la oportunidad de vivir bien, aunque sea en sus condiciones prenatales. Lo más importante es que el Maestro, de todos modos, será más útil para el espacio. El problema del Maestro consiste en que él ya no puede seguir a nadie, ya que él sólo se sigue a sí mismo. Dondequiera que se vaya luego, haga lo que haga, él actuará como un Maestro o será como un elefante en un bazar.
Y sólo después del Maestro, llega el concepto del Alumno. El Alumno es el que ha probado la Maestría (de ser un Maestro) y rápidamente se desistió de esto. El problema del Maestro es que todo lo que hace, lo demuestra. No puede dejar de demostrarlo, ¡él es un Maestro! Cualquiera sea su acción, debe ser mejor que las acciones de los que vienen a entrenarse con él. De hecho, aquí se completa la etapa del Camino del Guerrero y el Maestro se mueve hacia el así llamada “etapa del Mago”, consiguiendo entretenerse en la idea del Maestro, o se mueve hacia la etapa del Conocimiento.
Aquí un hombre ya siente el poder, lo comprende y él necesita un enfoque, puesto que ya goza de este poder. Esta es una prueba muy seria, ya que él quiere desarrollar sus capacidades ya demostradas. Y si uno elige el Camino del Hombre del Conocimiento, entonces él tiene que comenzar de nuevo, ya que antes de convertirse en un Maestro, nunca ha empezado todo de nuevo.
Sólo al convertirse en un Maestro, se puede ver el principio. Porque cuando la persona ha empezado, tenía el cuerpo incorrecto y la posición incorrecta de la consciencia. Y ha adquirido la navegación correcta, simplemente porque se ha encontrado con una persona correcta. Y sólo después de haber pasado por el estado del Maestro, puedo considerar a una persona Alumno, puesto que en realidad se fue del estado del Maestro, y se hizo puro como un niño. Así que el tema de la interacción Profesor – Alumno es un esquema complejo, pero para mí tampoco es tan trivial.
No quiero plantear aquí unos aspectos morales, porque a cada una de mi justificación habrá gente que expresará lo suyo. La moral para mí es una opinión personal de cada ser humano. Percibo la vida bien ampliamente como para no reaccionar primitivamente a las acciones de ciertas personas, de lo contrario siempre existe el peligro de caer en la pregunta, “¿Quién tiene la culpa?”.
Tenemos que seguir desarrollándonos y aumentar nuestras cualidades. Para mí la pregunta más importante es: “¿Qué hago?”, pero para esto es necesario lograr la verdadera honestidad. El valor real se logra cuando uno se da cuenta de que el Conocimiento es superior a cualquier Profesor. Pero lo más importante es que aquí hay una satisfacción de que podemos alcanzar el estado del Alumno. Y no hay otra cosa que aporta una mayor satisfacción que la de ser un Alumno.
Después de ser un Alumno, la persona puede ser un Crisol, después del Alumno puede ser sólo el Proceso y este Proceso a veces sustituye al Profesor. Pero el verdadero Profesor es el que sigue cultivando en sí al Alumno...
07 abril 2012