Atravesar la muerte significa comprender la verdad de la vida

¿Qué, de hecho, es la muerte? Es determinada energía. Y la energía posee cuerpo. Ahora, bien, si ésta tiene cuerpo, entonces eso significa que es posible no solo entrar en contacto con la misma, sino que también atravesarla.

Cada persona obedece a diferentes procesos energéticos, pero al no percibir la energía como una frecuencia, le resultará difícil manejar muchos conceptos relacionados con la misma. Por lo tanto, uno debe tratar de entender las cosas que no le quedan claras. Por ejemplo, cuando decimos que nuestras células han muerto o se han renovado, ¿qué es lo que en realidad comprendemos?

Por un lado, las células son distintas y además tienen diferentes funciones. La persona enferma no es aquella que se ve mal, sino que aquella que no tiene fuerzas para vivir. La percepción del aspecto físico basada en el concepto de las “buenas o malas apariencias” es la función de la energía Qi, la más simple. Pero lo que nosotros necesitamos es la Jing, que resulta ser sensitiva y no es tan fácil verla. Podemos decir que incluso se trata de cierto esfuerzo. Por lo tanto, implica células no solo capaces de generar energía de diferente frecuencia, sino que además absorberla. Se trata de las células que nuestro cerebro produce.

Además de esto, hay que tomar en cuenta el que el espacio a nuestro alrededor está vivo. Y si unos veinte años atrás no hubo tantas enfermedades del cerebro, en la actualidad cada tercera persona tiene cierto tipo de esquizofrenia (oficialmente, en Rusia son 15% de la población). Y, ¿si contamos todas las enfermedades del cerebro y no solo las mentales? Entonces, resulta que toda esa gente que todavía no tiene mostrados los síntomas, vive entre nosotros y sí, que tiene problemas con el análisis y el pensamiento.

Pero, aquí no se trata de la estadística, sino que del análisis que hacemos, que puede ser útil para alguien. El problema consiste en que muy a menudo se usa la palabra energía, pero pocos entienden de qué tipo se trata y aun menos son los capaces que pueden aclararse el tema.

Es necesario entender que es un concepto general y según la filosofía taoísta (de no confundir con la china), consta de tres categorías. La primera está representada por la energía básica, Qi, asimismo llamada “Prana”. La segunda o Jing, es el tipo de energía que se genera de determinada manera. Además, existe la Shen o la de nuestro espíritu. Si nos desarrollamos sin la capacidad de generar la energía Jing, entonces solo aumentamos el volumen de nuestra Qi, es decir, la que debe morir.

Ésta cumple con tareas simples, de la vida cotidiana, en la Tierra. Y hasta que uno no comprenda la energía Jing, no podrá ir más adelante en su comprensión de las energías en general.

Incluso los grandes maestros de la humanidad caen “rehenes” de la Qi. Pero si para el yogui, esto es normal, dado que se dedica a la liberación y no a la transformación, para el alquimista es un obstáculo serio. No es fatal, pero es un estorbo.

Por un lado, para Ramakrishna o Sri Svami Shivananda, ese hecho no fue principal y, tal vez para Morihei Ueshiba tampoco. Pero el último creó el sistema alquímico sin explicar el problema que puede surgir con la energía Qi. Por otro lado, ¿por qué dedicar tu vida en la liberación de cuerpo, construyendo conceptos enteros, cuando el cáncer lo puede hacer mucho más rápidamente? De hecho, si no me hubiera encontrado con el cáncer, probablemente yo también aún seguiría aclarándome el tema de la Qi. (El principal problema del cáncer es el tratamiento y no la enfermedad misma).

Por supuesto, uno puede esconderse detrás de las formulaciones tipo “La Encarnación Divina”. De esta manera la persona no se siente el mismo paciente como los demás. O, decirlo más simplemente: una práctica desequilibrada, que lleva a la destrucción corporal, muere kármicamente. O, que se produce una destrucción demasiado rápida de la individualidad – el egoísmo, que requiere grandes esfuerzos y también afecta el cuerpo del yogui. O, que éste es una buena persona y “las buenas personas se desgastan más rápidamente” …

Sin embargo, el principal problema consiste en que se gasta la energía de alta calidad (la Jing). Al mismo tiempo, cada persona posee su propio recurso. Y justo a este esfuerzo está destinada la Alquimia Taoísta y en esto radica la dificultad básica: que nuestro cuerpo es capaz de fortalecer sólo la energía Qi. La Jing puede ser reforzada únicamente por el cerebro. Resulta que cuando uno practica se ve obligado a desarrollar todo a la vez. Pero, por otro lado, es algo peligroso desarrollar Qi. Es como un manantial abierto donde hoy ha entrado un poco de suciedad, pero mañana toda el agua estará sucia. Y esto tiene su mostración material: la sangre. Sólo Jing puede superar Qi. Pero, ¿qué pasa si la hemos gastado en algo o la hemos quemado con la agresión o el negativismo? Por eso, lo importante siempre es la eficiencia del método. ¿Qué es lo que sucede, por ejemplo, cuando practicamos? Fortalecemos la Qi. Y esta energía empieza a dominar nuestro cerebro, en general. En este caso, resulta que es mejor dedicarnos al deporte. Cierto, la persona morirá sin la “liberación”, pero por lo menos ahí se quema la Jing y la Qi.

Hay que desarrollar la Jing, pero es imposible hacerlo sin involucrar el trabajo del cerebro. Sin esto, hagas lo que hagas, ya sea yoga, alquimia taoísta o prácticas de Carlos Castaneda, no obtendrás el resultado deseado.

Hablando de él, ¿quién es Carlos Castaneda? Bueno, el que sabe, sabe. Para los demás es una persona respetada con la que bailé salsa en un restaurante cubano. Si solo en aquel momento me hubiera enseñado que con la comida innecesaria que ingerimos (la que prácticamente la gente consume) fortalecemos la misma Qi y además se añade un reforzamiento corporal…

Bueno, parcialmente, este artículo está dedicado a todos aquellos que no pude advertir en aquel entonces por no tener los conocimientos. Por eso, a veces soy CHOM, a veces, soy cabrón.

¿Qué pasa cuando uno consume comida rústica? Se aumenta la Qi. Simplemente no al todo el mundo le alcanza la vida para enfermarse de cáncer. Éste no es una patología, es un conteiner de energía destinado para otra vida.

Todos tenemos funciones diferentes. La sangre abastece las más simples en nuestro cuerpo y ya teniendo 25 años hemos crecido y formado desde la posición de la función de la Qi. A partir de este momento, la sangre empieza a “comernos”, descomponiendo nuestras funciones superiores, en unas inferiores. En general, el cuerpo se hace blando, fofo, pierde su elasticidad. Se detiene incluso el crecimiento que estimula la generación de la energía de más alta calidad.

Qi debe entregar su trabajo a la Jing, pero puesto que nuestro cerebro está obedecido a la sangre, esto no pasa y además falta la habilidad de hacerlo conscientemente. Algo más, empezamos a necesitar esta corta Qi. Justo por esa razón nos atrae todo aquello que es de baja calidad o lo que agita la sangre.

Es como el consumo de azúcar donde empezamos a aumentar la producción de la energía temporal para poder “aguantar” el tiempo entre los terrones de azúcar. Esta dependencia se desarrolla y ¡nos esclaviza totalmente! El cerebro pierde su tonalidad y también empieza a servir a lo temporal.

Si antes la gente no desarrollaba su sangre mediante las emociones, o sea, no fortalecía el cuerpo de la Qi, en la actualidad ya teniendo 20 años podemos ver un cuerpo “marchito”. Si mientras crecíamos el cuerpo necesitaba el oxígeno y pudo absorberlo a través de la misma sangre, ya al tener 25 años las cosas cambian. Pero al mismo tiempo los capilares sanguíneos nos impregnan por completo, condenando todo el cuerpo al envejecimiento. Es imposible detener este proceso, pero se puede sustituir por la transformación. Es decir, el envejecimiento es un proceso que reemplaza la vida de la persona. Además, según la ley de nuestro espacio, la gente puede vivir sólo como una planta.

El primer sistema que sufre este déficit es la misma sangre, después van la piel y los músculos. Desde luego, esto puede ir de manera irregular. Dentro de nuestro cuerpo se inicia una lucha por la vida donde despacito entregamos al espacio ciertos cuerpos u órganos desde la posición de la energía. Es decir, se realiza un apoderamiento de nosotros al igual que la tierra se apodera de las plantas marchitas. Lo peligroso en este caso es que la gente no puede sentir la Qi muerte (aunque, cabe decir que algunos tampoco sienten la viva). Lo más desagradable es que la muerte, o sea, la apoderada Qi empieza a tomar la Qi sana del cerebro, o, mejor dicho, simplificar las células del cerebro – las neuronas.

Leer más sobre el tema en el libro “Atravesar la muerte”.

P.S. …una persona que no domina la energía energética no puede reproducir la energía Jing. Debido a la falta de eje en los órganos y las articulaciones de la persona, éstos no pueden generar energía. Es decir, se produce sólo una absorción parcial y servicio. Al no formar la compatibilidad interna, solo la perdemos. La perdemos incluso al haberla formado. Así son las leyes de la Tierra en el nivel del cuerpo.

A pesar de esto, hasta los 25 años, Qi nos completa y llena de alguna manera hasta que ésta pueda desarrollarse naturalmente por sí misma en nuestro cuerpo.

Las plantas tienen un orden de transformación, dado que por lo menos la Tierra las usa y no las destruye (no está presente el proceso de destrucción oxidativo).

Esto no nos permite permanecer en la continuación del orden creciente, o sea, no podemos aumentar intencionadamente los tejidos de nuestros sistemas (relativamente, después de los 30 años). Tal vez, eso puede pasar solo por casualidad. Y si en las plantas se trata de un proceso de sustitución, los humanos lo podemos hacer sólo mediante la aplicación de un esfuerzo generado, a través de las formas superiores de Qi (Jing y Shen).

Para la comprensión de los tres tipos de energía en la Alquimia Taoísta se usa la práctica para Atravesar la muerte. Con este fin se conoce la respiración energética. Dentro de nuestro cuerpo no hay lucha por el oxígeno, más, es una lucha contra su ausencia. Mientras que en las plantas hay una por el dióxido de carbono dentro del vegetal mismo. Y, en realidad, ésta no muere, sino que las raíces la absorben. A nosotros nos absorbe nuestra sangre y al morir, mata todo nuestro cuerpo.

Por lo tanto, la comprensión verdadera de la sangre es la fuente de conocimientos más importante.

Recomendamos leer: Алхимия духа

05 abril 2018

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