Una figura retórica
Nuestra comunicación verbal hace tiempo que ya ha dejado de ser una forma de comunicación. Una persona, hoy en día, no expresa las palabras que le ayudan realizar la experiencia del momento, sólo utiliza una forma verbal, una figura retórica que ya hace mucho tiempo ha reemplazado al habla. Atrás de cada figura encontramos una de 12 experiencias posibles, y si la experiencia es la más baja, entonces la figura es la más simple. En este caso estoy hablando de otro nivel de conocimiento que no se puede entender con el pensamiento lineal. Pero tiene su propia forma que dice: "estos conocimientos son demasiado esotéricos", es decir, no son para tu mente.
La falta de entendimiento de cualquier conocimiento ya no lleva a la pregunta: "¿por qué debo aceptar la definición de esta figura, aunque no entiendo en absoluto el sentido de lo que me dice?". La figura retórica se ha convertido en una celda para la conciencia humana y así la esclaviza; además las personas educadas también se acostumbran fácilmente a ellas y se dedican a coleccionar estas figuras en su léxico. Explayándose en diversas consideraciones de las figuras una persona no sólo se hace más dependiente de ellas, sino que también ayuda a construir y fortalecer el pensamiento de la "figura", entre otros.
Hoy ya no es suficiente el esforzarse por expresar los pensamientos con claridad y precisión. Por un lado, se puede entrar en fuerte dependencia de una determinada forma de pensar, y por otro lado, se debe entender que hoy te percibe, no el cerebro humano, sino la figura que lo maneja. La conciencia que no es capaz de manejar el espacio y los esquemas ya no se puede llamarse conciencia.
Dependiendo qué estilo usa la persona, la figura lo limita en sus características, de las cuales la conciencia no puede escapar. En esta situación, en el mejor de los casos la conciencia llega a un estado límite, que la arroja en unas u otras formas afectivas para después volver de nuevo a su figura. Pero todos estos estados afectivos de figuras que se repiten varias veces, crean una dependencia en el tiempo y el acostumbramiento del cuerpo a lo que otorgue sentimientos al ser humano (y también el deseo).
Una figura necesita "inyecciones" energéticas. Este modelo es voluminoso y necesita movimiento interno que obligue al ser humano a hablar, responder y reaccionar sobre todo lo que ocurre alrededor en el ritmo que satisface a esa figura, con el esfuerzo y las reacciones que recibimos en el proceso del habla. Es como nuestras reacciones internas y las reacciones de los demás.
Hoy el estatus de la conciencia es tal que es muy difícil de cambiar, porque el cambio debería extenderse, por lo menos en el tiempo. Pero como el sistema de justificación y protección está bien desarrollado, y en cualquier momento se puede dar una explicación o producir una reacción del ser humano sobre cualquier pensamiento revolucionario que haya aparecido accidentalmente, entonces el escape de la figura será de corta duración y la conciencia de nuevo quedará presa en el espacio del olvido.
23 abril 2011
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