El Señor Supremo
El Señor Supremo es el que todo lo controla. ¿Qué es capaz, en nuestro cuerpo, de controlarlo todo? Por supuesto, la consciencia. Y no simplemente la consciencia, sino una consciencia concentrada. La consciencia concentrada es el Palacio del cerebro Niwan Gong en el que vive el Señor Supremo que ha tomado bajo control todas las condiciones del desarrollo de la consciencia y con cuya ayuda se puede penetrar en todos los dominios.
El Señor Supremo posee un esfuerzo de penetración en todas las partes del cuerpo y es capaz de controlar todos los procesos. Pero lo más importante no es el control de los procesos, sino su perfeccionamiento. Por eso, él enseña a la gente a concentrarse, y no simplemente para contemplar algo sino para ser capaces de cambiar y perfeccionar lo contemplado.
El perfeccionamiento de lo contemplado da por efecto la suprema vivencia que únicamente la energía humana es capaz de expresar: este proceso se llama “concebir conscientemente”. Es decir, el ser humano no puede en absoluto concebir conscientemente el proceso de la vivencia antes de haber creado condiciones para la concepción consciente.
Tales condiciones están constituidas por la presencia de la Concentración, dado que únicamente ella es capaz no sólo de crear el esfuerzo necesario para la concepción, sino también, lo más importante, de dirigirlo (lo que significa regularlo). Por lo tanto, la Concentración, en su forma suprema, da al ser humano la capacidad de concebir conscientemente la naturaleza real, verdadera, después de que se logra la capacidad de un desarrollo súper-consciente. Para el ser humano hay nada superior a ello, por eso aquí hablamos del Señor Supremo.
De esta manera, cuando nos enseñan a concentrarnos, debemos comprender que esto es todo un conjunto de condiciones y no simplemente una situación en la que el que enseña juega el papel de la persona que mira hacia delante, pero no ve al hombre que está en el agua.
12 mayo 2012
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