Excluirse voluntariamente
¿Qué hacer si el Llenado crea una sensación de satisfacción e indiferencia hacia el espacio exterior y en consecuencia, un deseo de excluirse a sí mismo de la vida social activa?
La gente que se llena de algo, siente una sensación de placer, que está al borde de la indiferencia. Esta es la diferencia entre la satisfacción y el placer. La satisfacción, es el estado en el que controlamos los procesos que nos satisfacen. El placer es cuando los procesos nos controlan a nosotros.
Por ejemplo, empezamos a comer algo muy rico, lo notamos y lo regulamos. En este caso, nos satisfacemos del proceso. Pero en cierto momento la cantidad de la comida consumida empieza a superar nuestra capacidad de enfocarnos, e incluso sentir realmente lo que comemos. Aquí es donde comienza el placer, cuando la comida empieza a controlarnos. Ya nos hemos saciado y nos volvemos indiferentes. Esto es. La energía, que ya nos ha tomado bajo control, nos excluye.
Otro ejemplo: Alguien viene a practicar Qigong. Sacudiendo y sacudiendo sus manos, ciertos canales o algunas partes de su cuerpo se abren y empiezan a llenarse de energía. Después de algún tiempo el hombre pierde y la mínima actividad, ya que esta energía ablanda su cerebro. Es decir, el hombre sólo reacciona a lo que está haciendo, pero en realidad no sólo no puede controlarse, sino ni siquiera entiende lo que está haciendo. He aquí, en esta situación, cuando la energía excluye al hombre. Él no se excluye voluntariamente, sino a él le “excluyen voluntariamente”.
La inhabilidad y la incapacidad de controlar el proceso, llevan a la subordinación de la persona a este proceso y luego ya no hace falta analizar adónde va. Cuando alguien se excluye de algo, él debe hacerse responsable de sus acciones y no ser sólo una parte de algún proceso. Es decir, hay que entender claramente, ¿seremos capaces de controlarnos al excluirnos de esta manera? Cualquier indiferencia es, en primer lugar, una indiferencia hacia nosotros mismos.
Es comprensible la falta de deseo de interactuar con los que no hacen nada a relación consigo mismos. Pero la siguiente pregunta es: ¿qué hacemos nosotros en este sentido? Tomemos cualquier escuela de Yoga o de Tai Chi Chuan. La gente va allí para practicar y se excluyen de todas las demás posibilidades de entender cómo esto puede y debe ser. Resulta que, sin tener aprendido a conocer, todo lo que esta gente hará, se convertirá para ellos en una verdad en su última instancia. Es decir, ¡por lo que hay que ir pasando durante años, se determina al principio!
El hombre voluntariamente excluye a sí mismo de la comprensión del desarrollo y sólo reacciona a este. Todo esto lleva a que alguien que se desarrolla se vuelve más agresivo respecto a los que no practican. Y su insatisfacción se debe no al hecho que él hace todo de manera incorrecta, sino a que los demás no hacen nada. Así que no hay que creer que apartándonos a un lado, primero, estamos exactamente en el lado correcto y segundo, que allí podremos hacer algo. Hay que fijarnos no tanto en la pregunta ¿con qué nos llenamos?, sino en la pregunta: ¿Nos da Fuerza este Llenado?
27 mayo 2012