La justicia como instrumento del poder
Muy a menudo, las personas que hablan de la justicia, son las que la interpretan según su propio interés. La justicia es un tipo de emoción particular, en la que uno quiere honestidad, pero esta emoción separa la honestidad del deseo de honestidad. Como resultado, tanto en la persona, como en la sociedad se forman condiciones para la lucha por la justicia, donde cada uno se guia por una cierto moral, que es incapaz de mantener, puesto que la lucha por sí misa es una emoción sin importar por qué cosa está provocada.
Las discusiones acerca de la justicia reúnen la gente en grupos, en los que el orador más juicioso o el que tiene la capacidad de influir en más personas, se convierte en más justo que otro. Miren solo con qué frecuencia todo el mundo cambia de opinión bajo cualquier tipo de influencia. Por otro lado, como si la justicia debiera tener sus propias reglas y leyes, pero la gente que utiliza estas reglas, a menudo son injustos hacia ellas, poniéndose superiores.
Resulta que la justicia es cierto recurso, compuesto de emociones y control que puede llevar a la persona a la línea final, a la muerte. En realidad, al acostumbrarse a percibir la justicia emocionalmente, la gente actúa hacia ella en un estado emocional. Lo que significa que puede expresarla sólo emocionalmente y no conscientemente. Pero en este caso, está presente ya no un factor humano, sino animal.
Por supuesto, podemos dejar a la persona en el formato de aspiración, o sea, considerar la justicia como un motivo de cierta aspiración, pero esto aún más nos desvía de la idea misma de la justicia. Desde luego, ella puede ser irracional, pero entonces esto será una propiedad del mundo animal.
23 octubre 2010
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