La consciencia y el Espíritu

¿Cuál es la diferencia entre la consciencia y el Espíritu desde el punto de vista de la Alquimia Taoísta?

La consciencia y el Espíritu, primero son una condición y luego un desarrollo. El Espíritu del hombre expresa la consciencia, la consciencia determina el estado del Espíritu. En el concepto Taoísta, para la realización de la conexión entre el Espíritu y la consciencia existe la idea del “justo medio”. ¿Qué es el justo medio? Este es un estado natural de armonía de la consciencia. ¿Por qué es necesario? Para que ella pueda apoyarse en el Espíritu, expresarlo y sobre todo, hacerlo crecer. De lo contrario, la consciencia no tendrá apoyo y no podrá expresarse.

Un hombre que vive en un entorno caótico, rompe las condiciones de la conexión “espíritu-consciencia”. Como resultado, la consciencia para él ya no es un sentimiento, sino una reacción, ya que no se basa en la vivencia interna, sino en la estimulación externa. Resulta que si tenemos la consciencia, entonces en ella hay dos condiciones de vida: adecuada, o sea ponderada, o inadecuada, no ponderada. Lo más peligroso para una consciencia no ponderada, es cuando a su alrededor hay una gran cantidad de consciencias no ponderadas, las que le impiden representar a su posición individual.

Sin embargo, para expresar esta posición, necesitamos también las condiciones y educación respectivas. Es decir, por muy fuertemente que queramos, para empezar a entender la consciencia, necesitaremos las condiciones respectivas en las que la consciencia no debe buscar argumentos “en contra” y defender este “en contra”, sino buscar “a favor” y desarrollar este “a favor”. Para lograr eso, hay que llevar el estado del espacio interno a una forma dominante a lo externo. En términos generales, el orden interno de acciones debe prevalecer sobre el externo. En los conceptos Taoístas eso significa que “el diagrama Fu Xi predomina al diagrama Wen-Wan”.

La consciencia debe ser una herramienta que permite al hombre manejar tanto el mundo externo, como el interno y para eso hay que desarrollarla. Uno no puede tener la consciencia desarrollada, si no trabaja en esto cada día. De lo que surge la siguiente pregunta: ¿qué significa trabajar cada día?

La consciencia es un instrumento del Espíritu, pero para entender esto, se debe llevar la fuerza de la consciencia a las alturas de la fuerza del Espíritu. De lo contrario, la persona sólo reacciona y declara. Todo esto lleva a la formación de eslóganes, en los que se dicen y se repiten muchas cosas buenas, pero no llegan a ser reales, ya que no se entiende lo que se dice. Y no es un momento psicológico, sino exclusivamente fisiológico. La tradición taoísta nos enseña a comprender el Espíritu y la mente físicamente, para que estos conceptos no sean imaginativos, esotéricos.

Hablar de la diferencia entre estos dos conceptos sin la expresión de sus estatus, es una forma de explicación totalmente de eslogan. Hay que conocer las herramientas para crear hechos. Mientras que la consciencia y el Espíritu no sean para nosotros un hecho, seguiremos sustituir a una cosa imaginaria con otra. Todo debe ser conocido. Esto es, de hecho, lo que distingue al ser humano del no-humano.

 

12 octubre 2012

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