El Habla
Está diciendo que el habla es una herramienta eficaz para el desarrollo de la conciencia y la respiración. ¿Podría revelar este tema más profundamente?
El habla puede ser un arte, el arte del manejo de un determinado esquema de secuencia sónica, o es el uso mecánico un patrón que hemos memorizado o tenemos como reflejo. Los dos modos se distinguen por el hecho de que en el primer caso se trata de una persona que piensa, y por lo tanto, capaz de percibir lo que dice. En el segundo caso, la persona es un apéndice de la expresión que no tiene profundidad de la percepción.
En realidad, la percepción es lo que determina el valor del habla para cada persona. A veces la percepción está a un nivel más alto que el habla, como se expresa por ejemplo en los asiáticos, que usan la escritura jeroglífica. En este caso, tenemos que hablar de un significado funcional del habla completamente diferente. Es decir, el habla de un chino, alemán, inglés y ruso se diferencia por las construcciones en el idioma, las características de comprensión y, sobre todo, por su manejo. Y si, por ejemplo, una persona no tiene desarrollada la percepción del habla, no es capaz de comprender el habla de quien opera un esquema y diseño diferentes. Por lo tanto, el único elemento unificador es el formato inventado técnico que le permite integrar la información e interactuar con ella, pero no escucharse uno al otro.
Sólo el habla correctamente construido, que por dentro lleva a un volumen, por ejemplo la poesía, o la capacidad de sintonizarnos con lo que decimos, estando atentos de lo que decimos, y lo más importante, la capacidad de expresar la frecuencia del sonido que llena nuestro habla, puede unir a la gente en la comprensión.
Aquí es importante entender la diferencia entre la aceptación, la reacción y la percepción de lo que escuchamos. Hoy en día, pocas personas entienden realmente el habla y es muy fácil de engañarlos, ya que no perciben al quien habla, sino reaccionan al sonido generado por él. Se requiere tener un enfoque en la mente, para no sólo oír y no sólo escuchar, sino también para expresar el habla. Si no somos capaces de hacer eso, el habla no contiene la verdad.
A esto se suma un aspecto fisiológico, cuando el habla siendo superficial, no sólo no tiene poder, sino también hace superficial la respiración, lo que conduce a la alteración de muchos procesos fisiológicos. La vida cotidiana debe enriquecer nuestro pensamiento. Especialmente cuando se utiliza un lenguaje como el ruso, donde el énfasis no está en la raíz, como en el inglés, sino en los sufijos y prefijos. Esto da la posibilidad de reelaborar las definiciones antes de decirlas y fortalecer el trabajo de nuestro cerebro.
Además, la capacidad de elegir entre diferentes definiciones para un mismo concepto permite desarrollar la función del análisis. Esto es importante sobre todo para la respiración, pero también desarrolla el pensamiento. Es decir, el habla debe tener un ritmo, que consiste en esfuerzos y pausas, semejante al trabajo de una válvula. No hay necesidad de apresurarnos a hablar, hasta que no nos preguntemos si comprendemos lo que vamos a decir. De lo contrario, sólo perderemos energía.
El tema del habla es un tema muy grande, y me atrevería a decir - doloroso, ya que el habla incorrecta (que no coincide con el ritmo de la respiración), no sólo nos oprime, sino que es perjudicial para los demás, porque hablando en esta forma, aún que es natural para nosotros, pronunciamos falsedad. Por lo tanto, cualquier emoción o agitación son peligrosas para el habla. Y si queremos entender el habla, hay que comenzar con la cabeza y, a continuación, con la geometría del habla.
30 julio 2013