Cuidado ¡la información!
Los datos que no están completos destruyen y desorientan el trabajo del cerebro. Esto significa que los datos sobre cuales ponemos nuestra atención y utilizamos la conciencia, deben convertirse en concentración y análisis, en otras palabras deben convertirse en un esfuerzo y pasar por el proceso de la concentración.
La información que entra en nuestro cerebro sin control lo aniquila. El televisor, la computadora, el teléfono – cualquier producto de información destruye la posibilidad del cerebro de entender el espacio. La humanidad, actualmente, cada vez más y más se desarrolla a sí en todo lo inadecuado y paraliza la posibilidad del desarrollo del saber pensar.
La información desarrolla la reacción y el ser humano no puede sobrevivir y tomar conciencia de los procesos que están atrás de esto. En el día del hoy conceptos tales como la muerte, la compasión, el amor, que no son sentimientos sino reacciones. Al ser humano no le importa nada sobre qué, como y con quien pasa alguna cosa, no le importa ni su propio cerebro. Entonces la persona empieza a vivir llevada por los instintos, donde no hay lugar para el desarrollo de la cabeza, porque simplemente no puede tomar conciencia de lo que es el desarrollo. Solo puede reaccionar sobre algo.
Así el cuerpo y la energía son alimentados por el cerebro, pero no lo desarrollan. Eso significa que la persona deja de poder tomar decisiones y no entiende como se hace. La sociedad se enferma y el peligro acecha a los pensadores saludables, porque se pierden las normas y reglas del comportamiento relacionadas con la conciencia y se siembran las reglas del miedo, del dolor y de la excitación, conduciendo a la sociedad hacia el consumo. En esa situación la humanidad se pierde en una existencia sin sentimientos.
Hoy el concepto del sentimiento es ya una clase de información que no da nada en el nivel sentimental. Y en el nivel perceptual este concepto es cambiado por las emociones.
24 julio 2010