¡Atención, secta!
“Entre los numerosos tontos, hay una secta de hipócritas que se dedican continuamente a engañarse a sí mismos y a engañar a los otros, más a los otros que a sí mismos, aunque de hecho se engañan más a sí mismos que a los otros.”
Leonardo Da Vinci
Lo más peligroso es cuando la gente da su opinión sobre un tema del que no entiende nada. Podemos denominar a estas personas como sectarios, porque ellos están limitados por estereotipos mentales y de comportamiento que están muy lejos de un conocimiento verdadero. En muchos de estos casos ellos consideran sectarios a todos los que están a su alrededor.
En un principio este concepto era utilizado para señalar grupo religiosos que se bifurcaron de una cierta dirección principal (la cual a su tiempo también fue formada por un pequeño grupo). Pero los sectarios de la nueva generación no son un grupo pequeño, son un grupo importante de “formas humanas” con un reflejo de vómito bien manifestado sobre el intento de cognición real de las palabras que ellos utilizan.
Físicamente conceptos como honestidad, fe, acuerdo, amistad, amor y fidelidad, son imposibles de cumplir para este grupo de personas y lo más probable es que son palabras-parásitos en su lenguaje. Pero quizás los parásitos son estas personas mismas.
Aquellos quienes intentan entender el sentido de las palabras en forma individual y se hacen las preguntas a sí mismos pueden encontrar las necesarias respuestas sin intermediarios. Este hecho también produce un efecto reflejo en aquellos que ya hace mucho tiempo no se realizan las preguntas a si mismos y entonces no buscan ninguna respuesta. Así es que un pensador autosuficiente, para este tipo de personas, es determinado como herético y disidente.
25 junio 2010
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