El Ego
¡Hey, dicen que existís, llaman en tu nombre, pero nadie te entiende! Estás muy adentro para resolver objetivos feos y pequeños. Hay que vivir con vos, pero ¿como no estar triste?
Vos querés que hablen de vos, pero si nadie te conoce es la mejor solución para estar escondido. Lo más peligroso para vos es aceptar tu derecho a existir. Cualquier lucha con vos trae beneficios para vos, esa lucha te fortalece. Porque una lucha sin saber es siempre una lucha sin gloria. Vos viniste a este mundo para realizar los cinco venenos de la existencia humana. Vos sos la condición gracias a la cual un ser humano puede nacer. Pero vos le molestas para avanzar. Vos obligas al ser humano a consumirse a si mismo y al espacio que lo rodea.
Vos sos determinado por la falta del espíritu del ser humano. Las personas nacen imperfectas, la imperfección está en su espíritu. El espíritu es un volumen que no está totalmente lleno. Y lo termina de llenar una energía que sos vos. Y la única salida para nosotros es aumentar el volumen del espíritu. Sino no podemos hacer nada con vos.
Por eso tenemos que luchar no contra vos, sino por el propio espíritu. ¡Pero se necesita toda una vida para lograr esto! ¡Si! Pero no hay otro camino.
La energía tiene su propia naturaleza, solamente podemos cambiarla o modificarla. Según la medicina taoísta ella se forma en el corazón, en el hígado y en la médula ósea, y no tiene conciencia por el nacimiento. Pero si no para el ego, entonces él se vuelve conciente y vence al espíritu. Como el ego manifiesta las mismas condiciones que el espíritu, en otras palabras es una combinación de tres influencias estructuradas en el día del nacimiento (la condición de los padres, del lugar y del espacio), entonces tendrá mucha fuerza.
Hasta los veinte-treinta años es imposible restringir la naturaleza del ego de la naturaleza del espíritu, porque la energía de la persona está mezclada y no está dividida. Después todo dependerá de la concentración desarrollada y del estado general de la energía, de su circulación. Por eso al principio hay que tratar de reconocer el ego, pero luchar no contra él, sino por el propio espíritu. Igual el ego no nos dejará hasta el último día, pero puede permanecer neutralizado.
15 julio 2010
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