Poder y la impotencia del siglo
Esta es una entrevista hecha por la revista AUS, después de los acontecimientos ocurridos en septiembre de 2001. Las cuestiones planteadas aquí siguen siendo de actualidad en gran medida y están relacionadas con los cambios que están ocurriendo en el mundo, antes de 2012. Además, esta temática, ha adquirido el carácter de una nueva urgencia.
Los trágicos acontecimientos del otoño modificaron seriamente el curso habitual de las cosas en el planeta. Probablemente, como después de cualquier crisis importante, la vida cambiará sustancialmente de alguna manera. Tenemos que recordar que la suerte del mundo finalmente es definida por mecanismos más complejos. De eso se trata nuestra conversación con el Maestro.
Ahora todo el tiempo se dice que el mundo ha entrado en una nueva era. ¿Si es así, por qué todo ha sucedido tan drásticamente?
Este proceso está cargado de dramatismo desde hace mucho tiempo, pero las personas han dejado de ver y sentir el mundo. Incluso las emociones artificialmente provocadas son cortas y poco sólidas y esto es una señal de la pérdida, de la humanidad, de la cualidad de sostén de la vida. Así es que se han creado grandes instituciones, diseñadas para “el consumo del ser humano por el ser humano”.
Las personas ven hoy el desarrollo propio no a través del prisma del "cómo", sino del prisma del "para qué". Se ha generado una percepción indirecta de la vida. Hoy la gran mayoría es al menos algo conciente del fallo y la imperfección de la vida, pero mañana la gente correrá la distancia desde el nacimiento hasta la muerte sin pensar y sin darse cuenta de la propia vida, simplemente dejará de saber como es que se realiza. Este es el principal riesgo: minimizar las oportunidades para tomar conciencia de sí mismo como ser humano.
¿Cómo es posible que una docena de personas que se inmolan obtengan una energía destructiva tan fuerte que puede afectar el destino de todo el mundo?
No es un grupo pequeño, es una manifestación del sistema. Mientras las personas hablen en términos de bien y de mal, se contribuirá todavía más a la confusión. El dualismo es la idea de la existencia de dos principios en el mundo, y permite utilizar las definiciones como a todo el mundo le de la gana. Al final lo que para algunos es mal, para otros es justicia. Hasta que la humanidad no maneje un análisis serio y profundo de los procesos energéticos, siempre habrá personas dispuestas a asumir un lugar "sobrehumano" y es secundario bajo que lema lo hagan.
Si quisiéramos hablar sobre la vulnerabilidad del mundo, sería sólo cambiar de forma. Todos podemos ver a los amputados y enfermos, mendigando en las calles y en el metro, pero no notamos que el mundo está enfermo. Basta con echar un profundo vistazo a sí mismo y a su alrededor. El problema es que no sabemos.
La filosofía y la mentalidad oriental producen el "terror del sacrificio", mientras que las formas occidentales de suicidio son más desesperadas, solitarias e "inadecuadas". ¿Esto significa que la ventaja moral y espiritual la tiene hoy el Islam, en lugar del cristianismo?
Actualmente el exceso está del lado de los que se recogen internamente. Lamentablemente bastante gente inteligente que tiene mucho conocimiento no lo sabe hacer. Pero gente sin mucho estudio limita su campo mental mediante dos funciones: el cerebro no les molesta con un análisis adicional y la idea que ellos acepten será siempre la más correcta. La fe inconciente libera al ser humano de muchas cosas. Pero la concentración permite realizar cualquier otra función.
Comparar el Islam con el cristianismo no es muy correcto. La creencia misma es interpretada y manipulada de diversas maneras. Hay que plantear la cuestión de esta manera: si posees la fe, entonces lo haces seriamente. La ciencia tomó distancia de la religión y la sacó de su concepto racional. Al mismo tiempo la humanidad continuó desarrollando su "cerebro", rompiendo cada vez más la unión entre el espíritu, la energía y el cuerpo. Por lo tanto, el mundo civilizado no cabe en ningún concepto serio. Sin embargo, el rechazo aquí es mutuo. Porque la civilización también se adaptó a su modo a la religión, y esto es otra cosa. Pero si tomamos en cuenta que en la mayoría de los países desarrollados domina el cristianismo, se puede llegar a la conclusión de que éste es más fuerte, con su profunda participación en el proceso religioso y la subordinación total al mismo o el canto coral del Aleluyah los domingos en estilo rap, para no aburrirse.
¿Qué da lugar a una guerra: un conflicto sin fin de intereses de alguien, una gran discrepancia entre civilizaciones o una reacción de agresión y violencia en cadena que no puede ser manejada?
La violencia es resultado de una reacción o un estado natural de la existencia. Por ejemplo: para los afganos es un estado natural de la existencia, porque ellos están en guerra ya durante un ciclo entero de la vida. Y si para ellos se ha vuelto tan natural, entonces será difícil de frenar. Un indio muriendo en guerra obtiene libertad de espíritu. ¿Cómo podría asustarle la muerte?
Lo mismo podemos obtener de otros pueblos un poco desfavorecidos. Pero la reacción de violencia que no puede ser manejada, puede aparecer también en sociedades civilizadas y exitosas económicamente. Porque tienen miedo de la desprotección, miedo económico o existencial, que ellos desarrollaron en conjunto con otras herramientas a lo largo de su existencia. El miedo y el sexo se han convertido en los principales negocios de la industria de la motivación, como arma principal de impacto sobre la psique. Y creo que, en cualquier situación, cada uno se queda con lo suyo: algunos con miedo y sexo, otros con la fe.
¿En un posible enfrentamiento entre diferentes civilizaciones los más fuertes serán los adherentes agresivos de la fe islámica?
Como se puede comparar si la mayor parte de la humanidad no tiene ninguna fe como tal. Por supuesto, quienes la tienen son incomparablemente más fuertes. Una persona con verdadera fe no tiene ninguna duda, sólo imaginen esto. Pero no tenemos derecho a discutir y condenar la fe de las personas, si nosotros mismos no tenemos estas creencias. Tenemos que confesar abiertamente que aquello que tomábamos como una creencia, era más parecido a un juego con elementos de manipulación. Esto viola la ley de desarrollo, cuyo fundamento es la asimilación. En el ritmo en el que vive la humanidad hoy en día no se asimila nada, sólo se consume. Por eso surge en realidad la guerra, por la incapacidad humana para vivir en armonía consigo mismo. Lamentablemente, esto no impide enseñar a otros, no importa lo que sea, matemáticas, educación física o psicología.
Las relaciones entre los pueblos generalmente están bajo las leyes de la psicología interpersonal. En conformidad con esto los conflictos con frecuencia están condenados a desplegarse hasta agotarse completamente. ¿Entonces se puede hablar de una supresión total de la violencia entre los pueblos, naciones y estados?
Se puede, si la humanidad cambiara sus puntos de referencia. Hoy vemos las relaciones como un conflicto, pero en la antigüedad todo era mucho más profundo. Siempre en las relaciones entre las personas el ayudante era el espíritu. Pero ahora la humanidad, o su parte más rica, se hacen iguales a Dios, al menos por el carácter de sus acciones. Pero es difícil dar una respuesta exhaustiva a esta pregunta, porque no hay ningún lenguaje común para la discusión.
En el pasado en las guerras siempre participaban todos los Estados y ahora tenemos grupos militares clandestinos. ¿Cómo podría modificar el mundo una guerra de guerrillas global que se desatara de repente?
El servicio secreto también puede considerarse como una guerra de guerrillas. Si es así, entonces no hay diferencias fundamentales entre los medios públicos o “privados” de la guerra; y si no es así, entonces cada monje y vagabundo podría ser partidista.
¿Será la preparación para la muerte una base indispensable para la vida del siglo XXI, como lo fue durante el reinado de los Samurai?
No, la conciencia no lo permitirá. Sólo si fuera la preparación para la inmortalidad.
¿La venganza tiene sentido desde punto de vista de lo esotérico?
Es una cuestión de karma.
La prohibición de la pena de muerte no disminuye la muerte de inocentes. ¿Puede ser que el “número de la muerte” en el mundo sea una constante y sólo se distribuyera de conformidad con la voluntad de una mala fuerza?
Tal vez esta transferencia se produce y ocurre a través de algo desafortunado, pero con nuestra ayuda. Si nos fijamos en la calidad de la energía de una persona común, y donde se invierte, nos quedaremos maravillados de su inutilidad y mala administración. De hecho, tal persona con sus acciones mata a su energía, mejor dicho a si mismo. Por supuesto, esto no es culpa de la persona, sino más bien un problema. La sociedad por sí misma no puede garantizar los conocimientos correctos. Porque es necesario asimilar los conocimientos verdaderos y las reglas de conducta no en el nivel de la prohibición, sino en el nivel del desarrollo. Y si no podemos hacer el esfuerzo a referencia de uno mismo, entonces cualquier esfuerzo hacia los demás será falso.
La constante disposición a la muerte, probablemente facilita la "experiencia de la muerte", pero tiene un mal efecto en la calidad de vida. ¿Que se puede contraponer al chantaje global del terror desde la perspectiva del mantenimiento de la integridad?
A esta pregunta, con diferente éxito, intentaron encontrar una respuesta Platón, Aristóteles, en parte, Montaigne. En resumen, se puede decir brevemente que mientras haya una relación quebrada entre lo físico y lo espiritual, se mantiene la posibilidad de manipulación y chantaje. La humanidad es incapaz de hacer el esfuerzo sobre sí misma, porque se acostumbró a hacer esfuerzos en algo externo para sí mismos. La referencia a las naciones aquí es absolutamente inútil, cada uno debe referirse hacía sí mismo.
07 marzo 2011