II. Enseñanza del Cuerpo Yin
La Enseñanza del Cuerpo Yin, o cuerpo femenino, está predestinada por la naturaleza misma. Esta Enseñanza, de hecho, ha creado las bases del concepto de la Integridad del cuerpo, especificado en la Tradición Taoísta como Cuerpo Yin. Este es un cuerpo capaz de generar y cultivar. Precisamente desde este punto de vista la Medicina Taoísta considera los conocimientos del cuerpo femenino, acordando estos conocimientos con la idea de la vida del cuerpo y con los procesos que se están formando dentro.
En esta base también se construye el Ritmo del desarrollo de la naturaleza de la mujer y, por supuesto, las prácticas, en las que se presta más atención sobre las técnicas sentadas y acostadas, para no alterar la naturaleza inherente a la regeneración de la energía o, dicho de otra manera, para no alterar el proceso de retorno de la energía en el útero.
La comprensión de las capacidades del cuerpo femenino desde el punto de vista del desarrollo, es el principio más importante de la construcción del dicho cuerpo, de lo contrario puede ser alterada la Medida de la circulación de la energía y, de hecho, la Medida del movimiento de la respiración. Eso es de suma importancia para una mujer que no se prepara para la detención de su menstruación y anda paralelamente en al desarrollo de Tao Yang. En este caso, ella no puede formar el Centro Único Yang y debe centrarse en la construcción del Eje y la Geometría del cuerpo.
El Cuerpo femenino en movimiento
La peculiaridad básica del Cuerpo femenino en movimiento es el centro de gravedad más bajo, que está relacionado con el Centro Único Yin, posicionado en el útero. De esa manera, según sus parámetros, el cuerpo de las mujeres actúa de modo diferente que el de los hombres.
Si hablamos de los problemas del cuerpo de las mujeres en movimiento, entonces uno de ellos consiste en que tiende a ser más inercial (es decir, a un movimiento sin apoyo) que el cuerpo de los hombres. Por eso, a la mujer se recomienda, ante todo, formar el Eje (a lo que ayuda la práctica Bagua). Cualquier práctica en movimiento debería construirse desde el punto de vista de la comprensión del Ritmo, dado que el cuerpo femenino por su naturaleza es más rítmico. Pero lo más fundamental aquí es lograr la comprensión de la Simetría.
La Simetría del cuerpo nos permite expresar el ritmo personal que tenemos por nuestra naturaleza. Es un esfuerzo específico, desarrollo interno indicado por la interacción entre todos los esfuerzos funcionales inherentes o generados, el trabajo de los órganos y los sistemas del cuerpo en reposo y movimiento. Dado que, en primer lugar para la mujer es importante el Ritmo, hay que entender que su realización depende de la carga energética simétrica del cuerpo.
Cuando a una mujer le falta la simetría por su naturaleza, o la pierde en el proceso de su vida, en su cuerpo se altera la redistribución de energía. Falta el mecanismo gobernador unido que podría distribuir la energía de una manera harmónica. Es decir, se altera el concepto de la dualidad que se expresa y describe por el modelo filosófico de Yin-Yang y entonces las energías Yin y el Yang se hacen opuestas y no auto complementarias.
En nosotros existen tipos de energías que se desarrollan conforme a unos u otros tipos de esfuerzos correspondientes o a los Meridianos Yin o los Yang. Hay que encontrar la concordancia entre esos esfuerzos. Y si falta, entonces los Meridianos empiezan a existir en oposición, lo que significa que falta la harmonía entre las energías Yin y las Yang dentro del cuerpo.
Puede conocer el material completo en el Artículo “Enseñanza del cuerpo Yin” y en el libro “La Perfecta”