II. Profiláctica
La Profiláctica es un fenómeno bastante interesante en la actualidad. Y a pesar de que es tan importante, bajo este concepto no se entiende lo que se debe, en absoluto. ¿Cómo podemos hacer una profiláctica, cuando una persona no sabe qué agua debe tomar y qué comida debe consumir? Y, en general, ¿cómo uno puede mantenerse en las condiciones del mundo tan agresivo? Por supuesto, la cuestión se puede reducir hasta las soluciones más simples, al nivel del “hay que hacer la vacuna” o “así dijo el médico”. Pero de esta manera sólo profundizamos nuestra propia ignorancia en la comprensión de este tema.
La Profiláctica es un concepto exclusivamente personal y hasta que no ganemos experiencia en tal tipo de trabajo, será difícil lograr la realización de las tareas, relacionadas con ella.
Independientemente de los consejos que uno recibe, las particularidades de su cuerpo y mente, las conoce sólo la persona misma, o sea, a la Profiláctica se puede dedicar únicamente el que trate de conocer este proceso. Cualquier otro tipo de acciones, si no tienen en sí tareas cardinales (como por ejemplo, la misma vacuna), en general no dan solución a esta cuestión.
Una persona que no se cuida a sí misma, su modo de vivir, su alimentación, etc., permanece fuera del campo profiláctico y debe dedicarse a la profiláctica de su ignorancia, y a veces, lo siento, pero también de su estupidez. Por eso, bajo el concepto de la Profiláctica no se entiende un conjunto de acciones, sino que actitud elemental hacia todas las acciones.
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