III. Pintura Cristalina

La Pintura Cristalina es la forma más antigua de fijación del espacio, la cual se formó en un sistema de conocimientos en el Antiguo Egipto. Es una fijación de los signos de resonancia del espacio, que eran percibidas por la gente en la antigüedad y que hoy en día pueden ser “captados” por las personas capaces de sintonizarse con las formas supremas de la vida en el espacio.

Las formas supremas de la vida en el espacio son una forma de resonancia que proviene de las condiciones para la máxima unificación de tres o más tipos de energía, lo que permite la aparición de una forma de energía más fuerte, que no se destruye, sino que cristaliza. Visto desde afuera, esto puede parecerse a líneas y símbolos incomprensibles, que en realidad contiene la información más importante en forma de vibración. Para conocer esta vibración, debemos comprender qué ángulo y qué línea usamos, y en realidad, dentro todo está ordenado.

Este no es un sistema de coordenadas caótico, sino que es una condición en la que se puede producir una resonancia. Estas condiciones son 13 y provienen de los diferentes ángulos de tensión del espacio, en el que vive nuestra dimensión. La capacidad, por así decirlo, de sintonizarse con estos patrones de resonancia y aún más, de encajarlos en nuestro espacio, es la habilidad de transmitir a todo el mundo las corrientes energéticas, códigos, más fuertes que existen en nuestro universo.

Precisamente de esta manera, la gente antigua desde los tiempos más remotos, fijaba las rayitas y los símbolos, creando, por ejemplo, pictogramas, que posteriormente se convirtieron en escritura. Y cuando hoy en día hablamos del primitivismo de la gente antigua en su modo, por así decirlo, de presentar su propia historia, mostramos, en primer lugar, nuestra propia incapacidad e inhabilidad de vivir en las sintonizaciones reales, en las que se produce una formación de energía completamente diferente.

En la actualidad, son personas aisladas las que poseen la característica vibratoria necesaria, capaz de entrar en resonancia con el cuerpo energético del macrocosmos. Entre nuestros contemporáneos, destacan dos personas: Falco (Oberto Airaudi) y Elena Vrublevskaya, que, de hecho, son representantes reales de la Pintura Integral, dominando tanto la Línea Energética como la Cristalina.

La Línea Cristalina está basada en el conocimiento y la comprensión del cristal, el grado de su tensión, sus quilates, la capacidad de entrar en ciertas resonancias con el espacio, con el ser humano. Esta Línea representa la formula a través de la que se activa la tensión intrínseca de cierto grupo cristalino.

Es un campo de alta vibración y de alta organización, que tiene una determinada escala de influjo. El fundamento se forma por el conocimiento acerca de los 13 cristales de matriz, que también determinan el proceso de cristalización en nuestro planeta. En las tres dimensiones pueden existir 13 grupos de resonancia supremos: desde el más básico (que, por ejemplo es la perla), hasta el más alto (el diamante). Sobre la base de estas leyes, se configura la forma perfecta de los ángulos, que describe los esfuerzos espaciales cristalinos. Los conocimientos acerca de estos esfuerzos se usan en la creación de varios signos cristalinos, espirales que al igual que el aroma, permanecen en campos vibratorios más débiles.

La Pintura Cristalina no necesita algo adicional. Para ella es importante conservar la vibración del esfuerzo del ángulo, para pasar la resonancia correspondiente al lienzo. Por eso, por supuesto, el valor más grande en este caso, son los originales y no las copias que reducen mucho la influencia y la fuerza. Es imposible determinar el precio de tal tipo de pintura, puesto que la fuerza y las capacidades que poseen estas pinturas son inconmensurables con ningún otro tipo de pintura. Es la forma suprema de presentación, e incluso de materialización de la energía.

Esta pintura no depende de conceptos como inspiración, deseo o falta de deseo de pintar. Ella se apoya únicamente en la capacidad del artista de sintonizarse con la resonancia del espacio y tomar el símbolo de él. En la tarea del artista incluso no entra la comprensión de estos símbolos. Esto lo convierte más en un alquimista, como podemos notar en la obra del mismo Falco.

Cabe añadir también que el arte de la caligrafía es también tal tipo de conocimiento básico acerca de la resonancia. En este caso, en la caligrafía, la resonancia se presenta básicamente en un sistema de coordenadas bidimensional.

Así, la aparición de esta tendencia de la pintura (o también podemos decir, su recuperación) se convierte en el acontecimiento más importante de nuestro espacio, dado que, igual que en la antigüedad, las resonancias más altas vuelven a alcanzar la Tierra a través de tales tipos de personas.

Preguntas y respuestas

Las asociaciones relacionadas con el espacio cristalino llevan a la simetría, la forma perfecta de los ángulos, la figura perfecta de la esfera, en la que debería inscribirse cada cristal que posee otra figura perfecta. En la muestra de pintura cristalina representada aquí, de ningún modo se observa la mencionada alta organización en la forma y líneas expresadas. La pregunta, desde luego, es ingenua-lineal, pero, ¿por qué, a pesar de todo, tenemos presente tal desconformidad de la imagen no simétrica lineal y su inherente perfección de altas vibraciones?
Es que, en nuestra naturaleza no existen cristales perfectos. Además, la masa básica toma formas agregadas y trigonales. Pero estos son los cuerpos que crean una fuerza de resonancia que permite materializar casi cualquier tipo de objetos que usamos. Todas las tecnologías, poseedoras de un algoritmo de desarrollo, son cristalinas. Y en esta pintura precisamente se muestra la fase de la resonancia del cristal, es decir, lo que se produce dentro del él. De hecho, el artista juega el papel de un médium, sintonizándose con la fuerza del cristal. En esto consiste la singularidad de este tipo de pintura en la que podemos observar las corrientes dentro del cristal.