Las más fuertes para el hombre son las fragancias que poseen la fuerza propia de una planta o animal, una fuerza que puede ser percibida por nuestros receptores. En realidad, se trata de ciertas reacciones físicas y químicas que pueden ocurrir en nuestro cuerpo. Normalmente, los olores provocan una reacción más emocional que sentimental, ya que son enlaces volátiles simples, que nuestro cuerpo no absorbe.

La mayor influencia pueden ejercer los aceites esenciales, ya que tienen la fermentación del olor más complicada, capaz de desagregarse y transformarse en el organismo. Por eso, ellos deben conservar en sí, todas las cualidades que tenían en la planta. Por lo tanto, la calidad del aceite esencial depende tanto de la planta de la que se obtiene y cómo de la manera de extracción.

Hablando de la alimentación con aromas, tenemos que entender dos características importantes. La primera es la frecuencia misma del aroma, la segunda es la capacidad de enfocarse en ella para crear la reacción correcta en el cuerpo. En este caso, el aceite esencial de alta calidad es capaz de nutrirnos y a través de los puntos vitalmente activos y la piel.

Hoy en día, cuando la naturaleza cambia su olor debido a los cambios en las características de frecuencia de la Tierra, es muy importante no dar a su nariz, por decirlo así, re-sintonizarse a los olores electrónicos o químicos, ya que produce una fuerte pérdida de la sensibilidad. Por eso, el conocimiento de la aromaterapia es muy importante.

La segunda característica del aroma, es la capacidad de estar atento con él y la capacidad de sintonizarse a él. El conocimiento del aroma hoy en día es condición para una existencia de alta calidad, pero aquí debemos comprender la diferencia entre la vivencia del aroma y la reacción a él.